Es conocido por todos que algunas especias además de tener unas propiedades culinarias increíbles, son muy beneficiosas medicinalmente. Por ello, hoy os vamos a hablar de 4 especias a tener muy presentes en nuestra vida, que no solo añaden sabor y aroma a nuestros platos sino que además sirven para preparar remedios medicinales para algunas dolencias que podamos sufrir.
Es lógico tener dudas sobre la eficacia de ciertos productos naturales al ser usados como remedios medicinales. Y son muchas las personas que no terminan de estar convencidas con este tipo de propiedades. Por eso hoy vamos a tratar de resolver algunas dudas sobre cuatro de ellas que solemos usar para preparar gran variedad de recetas como guisos.
En la última década son varios los estudios que han surgido en torno a los efectos de algunas especias en nuestro organismo y de todos los beneficios que provocan.
Muchos de estos efectos o beneficios de las especias, son conocidos de manera popular pero ahora podemos decir que están respaldados por estudios científicos
No son pocos los investigadores que han tomado el camino de despejar las dudas sobre el conocimiento popular y ver que tiene de verídico y que no.
Algunos estudios asegurar que las especias están llenas de compuestos como los flavonoides, las antocianinas o los terpernos que tienen un increíble efecto terapéutico.
A todo ello hay que añadir que algunas, de manera individual tienen propiedades tan beneficiosas como las antiflamatorias, analgésicas, antimicrobianas o antioxidantes. Todo ello aplicado a nuestra salud sin duda suena bien, sin embargo, advertimos que el consumo de estas especias debe ser algo a incluir en nuestra dieta y beneficiarnos a largo plazo o combinar con otro tipo de tratamientos para conseguir un mayor efecto. Por tanto, no son un tratamiento exclusivo para problemas de salud puntuales ya que no son sustitutos de tratamientos médicos y por tanto no deben emplearse como tal.
Pero ¿de qué especias estamos hablando?
Cúrcuma
Si debemos nombrar una especia que se ha puesto en auge los últimos años, es la cúrcuma, desde tratamientos tópicos para la piel hasta como tratamientos por consumo o simplemente por su sabor y el toque especial que da a los platos que la contienen.
La cúrcuma tiene grandes beneficios para combatir el dolor y bajar la inflamación.
Cierto es que, aunque hay estudios que alaban estas grandes propiedades, incluso algunos plantean que tal vez pueda tener un efecto similar al del ibuprofeno en ciertas dolencias, es necesario investigaciones más profundas para asegurarlo.
¿Como introducimos esta especia en nuestra dieta?
Podemos tomar dosis de unos 3-4 gramos, bien en comprimidos o infusiones o simplemente utilizarla en la cocina. Podemos preparar leche de cúrcuma, un plato bastante tradicional en el que a un vaso de leche tibia se le añade una cucharadita de cúrcuma en polvo.
Como uso tópico se puede usar junto a otros ingredientes para hacer pomadas o máscarillas para el rostro que ayuden a desinflamarlo.
Un ejemplo de mascarilla es: una cucharada de cúrcuma, una de yogur natura y otra de miel, se forma una pasta con todo ello y se aplica en el rostro. Sus beneficios son muy amplios, entre el que destaca combatir el acné gracias a su efecto antiinflamatorio.
Jengibre
El gingerol es el compuesto activo de este tubérculo y han sido muy estudiadas sus propiedades analgésicas, antioxidantes y antiinflamatorias, además de algún estudio que sugiere este compuesto en el tratamiento de algunos dolores crónicos para no abusar de medicamentos antiinflamatorios.
El jengibre ha sido desde hace mucho tiempo un remedio utilizado por las embarazadas para combatir las náuseas y los vómitos de manera natural. Era muy usado, sobre todo, antes de la aparición de los medicamentos actuales.
Además, ayuda a fortalecer el sistema inmune gracias a su poder antioxidante, inmunológico y antimicrobiano. Esto hace que sea un gran aliado para prevenir y acelerar la recuperación de resfriados, tos e incluso problemas digestivos.
¿Cómo tomarlo?
No hay una cantidad clara para las dosis de jengibre, por lo que se recomienda un consumo moderado de una cucharadita en una taza de agua. Se puede añadir un poco de zumo de limón o algún endulzante como miel o estevia para ayudarnos a pasar el sabor del jengibre. Se puede repetir esta dosis hasta tres veces al día.
Canela
La canela es otra especia cuyo uso culinario ha acompañado las cocinas desde hace mucho tiempo.
Se le atribuyen propiedades como la de controlar la glucosa, sin embargo debemos usarla con cautela y nunca como un sustituto de un medicamento. En el caso de estar bajo un tratamiento médico, es recomendable consultar a nuestro médico antes de usar la canela como remedio.
Hay estudios que aseguran que la mejoría en la tasa de glucosa en sujetos sanos es notable gracias al cinamaldehído, sustancia de la canela a la que se deben muchas de sus propiedades.
La canela, además es antioxidante, estimula el apetito, mejor la digestión, es una aliada contra el colesterol malo y ayuda a regular las menstruaciones.
¿Cómo incorporarla a nuestra dieta?
Lo ideal es incluir esta especia en nuestra dieta en alguna receta de vez en cuando para beneficiarnos de sus propiedades sin que pueda ser un consumo excesivo, pero también cabe la posibilidad de tomarla todos los días sin exceder de los 6 gramos. Para ello podemos incorporarla en infusiones, batidos o cafés.
Pimienta de cayena
Quizá los remedios elaborados con este ingrediente es de los más aceptados, es más, hay productos farmacéuticos que la contienen. La capsaicina, le otorga los efectos analgésicos y antiinflamatorios. Ello la convierte en una aliada para algunos síndromes leves de dolencias.
¿Cómo utilizarla?
Existen parches de capsaicina, que podemos adquirir en las farmacias. O también podemos hacer nuestra propia preparación mezclando una cucharada de pimienta cayena y una taza de aceite de coco, que integraremos al baños maría. Dejaremos reposar esta mezcla antes de aplicarla en las zonas doloridas.
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Estos son los principales beneficios de estas especias, pero son mucho más amplios si nos ponemos a hacer una investigación concienzuda. Sobre todo, recomendamos un consumo moderado y seguir las indicaciones de nuestro médico.