¿Faringitis, dolor de garganta o amigdalitis? Aunque a menudo se utilizan estos términos de forma indiscriminada para expresar lo mismo, lo cierto es que se trata de problemas muy diferentes. La garganta puede doler como consecuencia de un virus, que causa inflamación alrededor de las amígdalas, aunque no de las propias amígdalas. Cuando esto ocurre, se trata concretamente de una amigdalitis que puede estar causado por diferentes motivos.
Pero cuando existe una faringitis, lo que ocurre exactamente es que la faringe está inflamada. Esta inflamación se produce como consecuencia de una infección bacteriana. Esta infección produce inflamación severa en las amígdalas, así como en toda la zona de la garganta. La faringitis viene acompañada de dolor, fiebre, dificultad para tragar y malestar que suele durar alrededor de una semana.
Cuáles son los síntomas de faringitis
Ante un incipiente dolor de garganta, es muy importante tomar medidas preventivas para evitar consecuencias mayores. No obstante, cuando se produce una infección bacteriana es muy difícil evitar que aparezcan los síntomas propios en cada caso. Para poder detectar una posible faringitis, lo mejor es acudir a la consulta del médico para que además de un diagnóstico, aplique un tratamiento con antibióticos que elimine la infección.
Estos son los síntomas de faringitis que pueden ayudarte a diferenciar un dolor de garganta ocasional, de una infección que requiera de tratamiento farmacológico.
- Dolor de garganta: El dolor de garganta es el síntoma principal y más evidente de la faringitis. Puedes notar una presión fuerte a lo largo de tu cuello, en la zona central alrededor de las amígdalas.
- Inflamación de las amígdalas: Cuando se produce una inflamación de la faringe, las amígdalas pueden verse afectadas e inflamarse severamente. Lo que impide tragar con normalidad, produciendo un fuerte dolor incluso con el simple gesto de tragar la saliva.
- Fiebre: La infección puede causar fiebre, así como malestar general, dolor muscular y debilidad. Estos síntomas son muy similares a los de la gripe.
- Inflamación de los ganglios linfáticos del cuello: Los ganglios linfáticos del cuello se encuentran en la zona inferior de la mandíbula, pegados al cuello y la faringe. Si la infección es importante, los ganglios pueden inflamarse tanto que se vuelven visibles a simple vista.
Tratamiento para la faringitis
La única forma eficaz de tratar la faringitis es acudir a la consulta del médico. Es esencial que el especialista analice las causas de la faringitis, así como su gravedad, para poder recetar un tratamiento adecuado. Porque el riesgo de no curar correctamente este problema, puede derivar en una faringitis crónica. El tratamiento puede pasar por la ingesta de antibióticos específicos, así como analgésicos para el dolor.
También es muy importante un consumo elevado de líquidos, ya que la fiebre puede provocar deshidratación. Además, hay que añadir que la dificultad para tragar provoca que durante unos días apenas se puedan tomar ningún alimento sólido. Por ello, se debe aumentar el consumo de alimentos líquidos calientes, caldos muy nutritivos, zumos naturales llenos de vitaminas y por supuesto, mucha agua.
Hacer reposo es parte fundamental de la recuperación, ya que así el sistema inmune puede fortalecerse mientras combate la infección. También puedes ayudar a la recuperación de tu garganta haciendo gárgaras con agua y bicarbonato de sodio. Procura descansar todo lo que puedas, no hables para no irritar aún más la garganta y deja que se recupere por completo antes de volver a tus actividades normales.
Prevenir la faringitis
No recibir el tratamiento adecuado en cada caso, puede provocar que la faringitis derive en problemas importantes como una infección de oído o la sinusitis. Por lo que es vital seguir las recomendaciones del especialista en cuanto al tratamiento. Además de tomar las medidas preventivas necesarias, que pasan por la higiene de manos, evitar las bebidas muy frías o proteger el cuello en ambientes muy extremos.
En la mayoría de los casos las infecciones de garganta se podrían evitar, tomando algunas precauciones básicas. Mantenerse alejado de las personas que muestran síntomas de faringitis es esencial, por lo tanto, si tienes niños en casa debes procurar que no se acerquen demasiado para evitar que se contagien. El uso de una mascarilla, así como una buena higiene de manos te ayudará a proteger a tu familia frente a este y otros virus.