La osteomielitis es una infección que afecta a los huesos. Esta infección puede producirse por diversos motivos, como una herida, a través de una cirugía o una fractura. Incluso, es posible que la infección llegue al hueso a través del torrente sanguíneo. Este problema afecta tanto a adultos como a niños y se estima que 10 de cada 100 personas padece osteomielitis.
Si embargo, la infección suele ser diferente ya que en el caso de los niños suele ser de tipo aguda y aparece de forma repentina en menos de 10 días. En el caso de los adultos la osteomielitis suele ser crónica, especialmente en aquellos casos en los que el paciente presenta patologías como la diabetes. Descubre en qué consiste, cuáles son los factores de riesgo y el tratamiento para la osteomielitis.
La osteomielitis, factores de riesgo
Una infección en los huesos era motivo de fallecimiento hace algunas décadas, así como otras muchas enfermedades que no se podían curar por la falta de medios. Sin embargo, hoy en día la osteomielitis es una enfermedad que tiene tratamiento y se puede curar. De igual manera, es un problema que se puede prevenir ya que existen factores de riesgo que aumentan las probabilidades de sufrir esta infección en los huesos.
Aunque en la mayoría de los casos la osteomielitis se puede curar, es fundamental actuar rápidamente ya que así aumentan las probabilidades de éxito. No obstante, en el caso de las personas que padecen osteomielitis crónica esta puede reproducirse y el tratamiento generalmente es más agresivo. Por ello, es fundamental acudir al médico en cuanto se detectan los primeros síntomas. Así como es esencial llevar un estilo de vida saludable para prevenir esta y otras enfermedades, ya que entre los factores de riesgo se encuentran los siguientes.
- El tabaquismo. Las personas que fuman tienen más riesgo de sufrir todo tipo de infecciones.
- Las personas que padecen diabetes tienen mayor riesgo de sufrir osteomielitis, por lo que es muy importante revisar constantemente las posibles úlceras y heridas en los pies para evitar infecciones.
- Heridas y lesiones. Cuando se producen agresiones graves como una punción o la mordedura de un animal, cirugías o fracturas, los huesos están más expuestos a bacterias y gérmenes que pueden producir infecciones.
- Trastornos circulatorios de la sangre. Si existen patologías asociadas a una mala circulación de la sangre aumentan los riesgos de sufrir infecciones, ya que las células que combaten las infecciones no pueden llegar correctamente a todo el cuerpo.
- El sistema inmunitario debilitado. Ciertas enfermedades o sus tratamientos dejan el sistema inmune debilitado, como el cáncer, la diabetes o los tratamientos a base de corticoesteroides.
- El consumo de drogas.
Tratamiento para la infección de los huesos
El primer paso para tratar la osteomielitis es el consumo de antibióticos específicos para tratar de forma directa la infección. En los casos más leves este tratamiento será suficiente y en los niños suele ser totalmente efectivo, excepto en aquellos casos en los que existan patologías de riesgo. Cuando los antibióticos no son suficiente, se suele extirpar mediante cirugía la parte del hueso dañada para evitar que la infección se extienda.
En función de la gravedad el especialista puede recomendar diferentes tratamientos. Por ejemplo, en algunos casos se realiza un drenaje para retirar la pus producida por la infección en el hueso. En otros casos cuando estos primeros tratamientos no son efectivos, puede llegar a ser necesaria la amputación de la extremidad dañada. Cabe decir que este paso es el último al que se llega cuando no se puede controlar la infección y que es en los casos más graves.
Por ello, es muy importante vigilar muy bien las heridas y cortes en los pies en aquellas personas que padecen problemas circulatorios o diabetes. Si se produce un corte profundo, una herida punzante o una lesión que dañe el hueso, es fundamental mantener la herida limpia para evitar infecciones y en el caso de valorar los primeros síntomas, acudir a los servicios de urgencia a la mayor brevedad.