Se trata de un nuevo método anticonceptivo para la mujer que reemplaza cualquier opción de las conocidas y lleva poco tiempo en el mercado. Es una pequeña varilla flexible de 4 cm de largo y 2mm de diámetro que se coloca bajo la piel en la zona del antebrazo, sí lo que lees, es un implante subcutáneo.
Lo que más sorprende aún es que es este nuevo anticonceptivo dura 3 años y garantiza una eficacia que supera el 99% de las probabilidades de quedar embarazada. Ideal para quienes no logran la continuidad estricta que requieren otros métodos como las pastillas anticonceptivas, las inyecciones o los elementos como el DIU.
Se basa en un sistema que va liberando paulatinamente hormonas denominadas etonogestrel que impiden la ovulación y a su vez crea una capa espesa con el moco cervical en las paredes del útero lo que no da lugar al paso de espermatozoides.
Como todo anticonceptivo, éste da la posibilidad de elegir cuándo convertirnos en padres y poder mantener así relaciones sexuales de manera responsable. Este método se puede revertir fácilmente, por lo que sí una paciente cambia de opinión puede solicitar que se lo extirpen y en tan solo 3 semanas estará ovulando nuevamente.
Los efectos adversos son similares a los que pueden generar los anticonceptivos orales, como aumentar de peso (aunque es muy poco lo que aumentan), cambios a nivel emocional o dolores de cabeza. Debe consultarse a nuestro ginecólogo para que nos realicen los estudios correspondientes y así saber si este nuevo anticonceptivo para la mujer es la mejor opción para nuestro organismo.