Ante una entrevista de trabajo, especialmente si el puesto es apetecible, la mayoría de los candidatos experimentan ciertos niveles de estrés. Y esto, en el mejor de los casos… Lo que está en juego es nada menos que un puesto de trabajo. Algo para lo que puede que llevemos tiempo preparándonos.
Para causar buena impresión en una entrevista de trabajo, no sólo es válida la experiencia que tengas. Es importante reaccionar con seguridad y soltura ante cuestiones que, en ocasiones, están diseñadas para conocer las debilidades de los candidatos. Estas son las llamadas killer questions: preguntas incómodas, comprometidas y, en ocasiones, desestabilizadoras.
Estas preguntas pueden ser determinantes a la hora de seleccionar o de decantarse por uno u otro aspirante. Te enseñamos algunos consejos para desenvolverte con firmeza.
Roles que puede adoptar el entrevistador
- Agresivo: Realiza preguntas intimidatorias para valorar la resistencia a la frustración que muestra el candidato.
- Operativo: Se centra más en los conocimientos técnicos del aspirante y si se ajustan a la vacante ofertada.
- Psicológico: Pretende averiguar la personalidad del candidato y su capacidad para integrarse en un equipo y para resolver problemas.
Cuida tu comunicación no verbal
Controla la comunicación no verbal, incluyendo aquí los gestos y las expresiones faciales. No adoptes una actitud defensiva y/o agresiva, sino tranquila y positiva. Relájate, maneja con tranquilidad los silencios y evita mostrarte impaciente.
Sinceridad y firmeza
Aunque así sea, procura no titubear como si fuese la primera vez que te están entrevistando. Aunque te hayas preparado la entrevista, evita dar una serie de respuestas memorizadas y soltarlas sin sentido. Adáptate a la situación y muestra naturalidad. Y muy importante: no mientas. Una cosa es reflejar tu potencial y otra, aportar datos que no son reales y que pueden ser comprobados.
Otros consejos para superar con éxito una entrevista de trabajo
Mira a los ojos a tu interlocutor. Establecer contacto visual además de reflejar seguridad, aumenta tu capacidad de comunicación. Escucha con empatía y lo más importante: pierde el miedo. Recuerda que la misma persona que te está evaluando, ya estuvo antes donde tú estás sentado ahora mismo.