El Falafel de garbanzos es un plato icónico de la gastronomía árabe que ha transcendido fronteras y se ha convertido en una opción popular en todo el mundo. Su mezcla de sabores intensos y su textura crujiente por fuera y suave por dentro lo convierten en una receta irresistible, ideal tanto para quienes siguen una dieta vegetariana como para aquellos que buscan alternativas saludables y sabrosas en su dieta.
En este artículo te enseñaremos a preparar un falafel auténtico, respetando sus orígenes pero adaptándolo para que sea fácil y práctico de hacer en casa. Te explicaremos detalladamente cada paso, desde la selección de los ingredientes hasta los mejores trucos para lograr un resultado perfecto, así como diversas maneras de acompañarlo para disfrutar de una experiencia culinaria completa.
¿Qué es el falafel?
El falafel es originario de Oriente Medio y se cree que su origen radica en Egipto, aunque su popularidad se extendió rápidamente por toda la región y más allá. Se trata de una especie de croqueta preparada con una base de garbanzos o habas triturados, a los que se les añade una mezcla de especias, hierbas frescas y ajo. Una vez formada, la masa se fríe en abundante aceite caliente hasta obtener una textura dorada y crujiente.
En algunos lugares, como Egipto, se prepara con habas en lugar de garbanzos, mientras que en el resto del mundo es más común la versión de garbanzos. Ambas variantes son igual de deliciosas, pero en este artículo nos centraremos en la receta tradicional de falafel de garbanzos.
Ingredientes necesarios
Para preparar un falafel perfecto en casa, necesitarás los siguientes ingredientes:
- 300 gramos de garbanzos secos.
- 1 cebolla grande.
- 5 dientes de ajo.
- 2 cucharaditas de comino molido.
- 1/2 taza de perejil fresco finamente picado.
- 1/2 taza de cilantro fresco finamente picado.
- 1 sobre de levadura química en polvo (o bicarbonato de sodio).
- Sal y pimienta negra molida, al gusto.
- Aceite de oliva virgen extra para freír.
Preparación paso a paso del falafel de garbanzos
Sigue estos pasos para lograr un falafel delicioso y con la textura perfecta:
1. Remojo de los garbanzos
El primer paso fundamental para esta receta es remojar los garbanzos. Coloca los garbanzos secos en un bol grande y cúbrelos con agua fría. Déjalos en remojo durante al menos 8-10 horas, o incluso 24 horas si es posible, cambiando el agua cada 12 horas. Este proceso ablanda la legumbre, lo que facilita su trituración y garantiza que la masa se mantenga unida durante la fritura.
No utilices garbanzos cocidos de bote, ya que no proporcionan la textura adecuada para esta receta y pueden hacer que el falafel se desmorone al freír.
2. Triturado de los ingredientes
Una vez transcurrido el tiempo de remojo, escurre y enjuaga bien los garbanzos, asegurándote de que estén completamente secos. Esto es crucial para lograr una masa firme que no se deshaga. A continuación, coloca los garbanzos en un procesador de alimentos junto con la cebolla, los dientes de ajo, el perejil y el cilantro. Tritura hasta obtener una mezcla de textura gruesa. Es importante no convertir la mezcla en un puré, ya que queremos que los falafels tengan algo de textura.
Agrega el comino, la levadura química, sal y pimienta al gusto. Mezcla bien todo hasta obtener una masa homogénea. Si la masa está demasiado húmeda, puedes añadir una o dos cucharadas de harina de garbanzo para darle más consistencia.
3. Reposo de la masa
Tras preparar la mezcla, transfiérela a un bol, cúbrelo con film transparente y deja reposar en el frigorífico durante al menos una hora. Este paso permite que los sabores se integren y que la masa adquiera firmeza, lo que facilitará la formación de las bolas de falafel posteriormente.
4. Formado de los falafels
Con las manos ligeramente húmedas para que la masa no se pegue, toma pequeñas porciones de la mezcla y da forma de bolas o discos del tamaño de una nuez. Procura que todas las piezas tengan un tamaño similar para que se cocinen de manera uniforme.
5. Fritura o cocción al horno
Calienta abundante aceite de oliva virgen extra en una sartén profunda a fuego medio-alto. Una vez que el aceite esté caliente, fríe las bolas de falafel en tandas pequeñas durante unos 4-5 minutos, hasta que estén doradas y crujientes por fuera. Retíralas con una espumadera y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
Si prefieres una versión más ligera, puedes optar por hornearlos. Precalienta el horno a 200°C, coloca las bolas de falafel en una bandeja cubierta con papel de horno y pincélalas con aceite de oliva. Hornéalas durante unos 20-25 minutos, dándoles la vuelta a la mitad del tiempo para que se doren de manera uniforme.
Cómo acompañar el falafel
El falafel es un plato muy versátil que se puede disfrutar de diversas maneras:
- Acompañado de salsa de yogur, que puedes preparar mezclando yogur natural, ajo finamente picado, zumo de limón, aceite de oliva y menta fresca.
- Servido dentro de un pan de pita junto con ensalada de lechuga, tomate, cebolla y una salsa tahini.
- Como parte de un tabbouleh o ensalada árabe, para un toque fresco y saludable.
- En platos combinados con hummus, verduras asadas o arroz.
Consejos para un falafel perfecto
- Si la masa se deshace al formar las bolas, añade un poco más de harina de garbanzo para darle consistencia.
- Evita sobrecargar la sartén al freír los falafels, ya que esto puede bajar la temperatura del aceite y hacer que absorban más grasa.
- Para un sabor más auténtico, puedes añadir una pizca de cilantro molido o pimienta de cayena a la masa.
- Si no consumes todos los falafels de inmediato, puedes congelarlos antes de freír y cocinarlos directamente desde el congelador en otro momento.
Preparar falafel en casa es una experiencia deliciosa y gratificante, que además te permite explorar los sabores de la cocina del Medio Oriente desde tu propia cocina. Ya sea que lo prefieras frito o al horno, esta receta siempre será un éxito entre tus comensales.