Es cierto que le podemos llamar estocadas como también zancadas. Se les conoce de ambas maneras y desde luego son uno de esos ejercicios que siempre tienen que estar en todo entrenamiento que se precie. Por eso, las estocadas nos ayudarán a poder tonificar mucho más el cuerpo y sobre todo, las piernas.
Si lo pensamos bien, estaremos combinando con ellas tanto la fuerza como el equilibrio o la resistencia. Por lo que son partes vitales para que nuestro cuerpo pueda seguir activándose como nos gusta. Así que, debes conocer todas las opciones que tienes y ponerlas en práctica desde ya.
Qué beneficios tienen las estocadas
Como veníamos mencionando sí cuentan con una serie de ventajas que bien debemos tener claras. Una de las principales es que aportan equilibrio y estabilidad. Algo que siempre necesitamos para alinear el cuerpo y para sentirnos mucho mejor. Claro que por otro lado, si las combinas con una buena rutina de entrenamiento, podrás decir adiós a algunos kilos que te sobren. Ya que el ejercicio siempre tiene eso como ventaja y es una de las más vitales que nunca debemos olvidar.
Con un ejercicio estabilizador como este, podrás prevenir numerosas lesiones, que también es otra de esas ventajas a tener en cuenta. La resistencia y la fuerza también serán dos aportes que conseguirás mejorar. El crecimiento muscular está garantizado, aunque no las hagas con demasiado peso, ya que con el propio cuerpo también podemos conseguir grandes ventajas. Ni qué decir tiene que las puedes amoldar a cualquier lugar donde te encuentres, lo que no hace falta recurrir a un gimnasio, por ejemplo
Qué tipos de estocada tenemos
Ya que conocemos las ventajas que tendrá para nuestro cuerpo ahora le llega el turno a los tipos de estocadas. Según vayas variando en cada una de ellas, lo que conseguirás es apostar por trabajar diferentes grupos musculares. Ya que, aunque van dirigidas a los glúteos superiores, es cierto que también pueden apostar por los flexores de cadera y los cuádripces.
Estocadas frontales
Ya como su nombre indica, se trata de una zancada hacia delante. Para ello, tenemos que partir de una posición de pie y con la espalda recta. Ahora darás un paso hacia delante con una de las piernas y flexionarás las rodillas. Recuerda mantener un ángulo de unos 90º, mientras que la otra casi llega al suelo pero sin tocar. Es una de las más clásicas y en ella también se trabaja tanto los isquiotibiales y como no, los cuádriceps. Para mantener mejor equilibrio, debes apoyarte en los dedos del pie trasero. Puedes hacer 10 repeticiones por cada pierna.
Estocada lateral
El ejercicio en sí es realmente como el anterior, pero con una ligera variación. Porque primero tenemos que dar un paso o una zancada hacia un lado. Será ahí cuando bajes o flexiones para poder llevar a cabo la estocada. Los oblícuos trabajarán más que nunca y desde luego, también es un ejercicio sencillo de realizar.
Estocada con giro
Si es que en la variedad está el gusto y nosotros tenemos todo todo. Porque en este caso tenemos que bajar como una zancada habitual. Pero ahora vendrá un pequeño paso diferente que se trata de extender los brazos hacia delante. Mientras mantienes la posición de la estocada, con las piernas flexionadas, puedes girar el tronco ligeramente. Acompaña todo el tronco en la medida de lo posible y es que con este gesto los abdominales también te acompañarán en tu trabajo.
Estocada en movimiento
Tal y como nos dice su nombre, podemos ir haciendo estacadas mientras nos vamos movimiento. Iremos controlando siempre los movimientos para no forzar demasiado la zona lumbar o incluso las piernas. Pero sí que tendremos que ir dando pasos hacia delante, con las zancadas en cada uno de ellos. ¿Las introducirás en tu rutina?