Hace poco que descubrí este postre y tengo que decir que me sorprendió. El crumble de fresas es tradicional de Reino Unido, el cuál se elabora con una base de fruta cubierta por una masa. Así de fácil y con muy pocos ingredientes obtendremos un dulce riquísimo.
Además de las fresas, podemos usar cualquier fruta que nos guste, como manzanas, melocotón, mango, piña, etc. El crumble es un postre saludable con antioxidantes que fortalecerán nuestras defensas del cuerpo. A su vez, les vendrá genial a personas que padezcan de estreñimiento.
Ingredientes:
- 20 fresas.
- 125 gr. de azúcar.
- 150 gr. de harina.
- 100 gr. de mantequilla.
- Extracto de vainilla para aromatizar.
Preparación del crumble de fresas:
En primer lugar, sacamos la mantequilla del frigorífico para que este blanda y se pueda manipular fácilmente. Lavamos las fresas, le quitamos el tallo y las cortamos en varios trozos no muy finos.
Con ayuda de las manos, untamos un recipiente apto para horno con mantequilla. Repartimos las fresas cortadas por el recipiente y las espolvoreamos con 50 gr. de azúcar. Dejamos que maceren un poco mientras preparamos la masa.
Ponemos en un recipiente la harina y el resto del azúcar y mezclamos. Incorporamos la mantequilla blanda y unas gotas de extracto de vainilla. Vamos mezclando y amasando con las manos hasta conseguir una masa granulada, similar a una migas.
Esparcimos la masa por encima de las fresas en el molde hasta que queden cubiertas. Precalentamos el horno a 180° C. e introducimos el molde en su interior. Cocinamos el pastel de 35 a 40 minutos o hasta que la masa esté dorada y crujiente.
El crumble se suele servir caliente, recién sacado del horno, sólo o acompañado de helado de vainilla, nata o crema. Se puede adornar con unas hojas de menta. Si lo preferimos, también podemos consumirlo frío, está igual de delicioso de ambas formas.