Las vacaciones de invierno pueden disfrutarse tanto como las de verano. Lejos de playas y sol, pero con calles de gran belleza, mercados navideños y una gastronomía propia que apreciar existen numerosos destinos europeos para visitar en invierno.
Viajar en invierno, fuera de temporada, tiene además grandes ventajas. Y es que más allá de las fechas navideñas los precios descienden y las calles se despejan para nosotros. Si tú también encuentras esta una buena época para viajar toma nota de los cuatro destinos europeos elegidos.
Budapest, Hungría
La capital de Hungría es un destino siempre atractivo, sea cual sea la época del año. Sin embargo, ofrece la ciudad en invierno algunas imágenes singulares como las de las familias patinando sobre hielo en la pista de hielo al aire libre que en estas fechas ocupa el parque central de la capital, el pintoresco Városligeti Műjégpálya
El frío también imprime carácter a los rincones mas visitados de la ciudad, aquellos ubicados en Buda y Pest. Y si el día es para los lugares de visita obligados, la noche en Budapest es para vivirla y disfrutarla. Resulta de obligado cumplimiento cenar el alguno de los restaurantes de la parte vieja y visitar después alguno de sus ‘ruin pub’, locales de copas que suele ocupar un edificio abandonado.
Y sacando partido a las temperaturas gélidas del invierno, ¿por qué no acudir a alguno de los baños termales que tanta fama tienen en Budapest? Mete el bañador en la maleta y disfruta de una tarde en el Balneario Széchenyi experimentando los contrastes de temperatura en sus aguas.
Estrasburgo, Francia
¿No hay nada que te guste mas que una ciudad medieval y un mercado navideño? Estrasburgo es entonces un destino ideal para ti. El corazón medieval de la ciudad se llena de luces y ofrece en Navidad hasta diez mercados en los que no solo comprar sino disfrutar además de comidas tradicionales y ese vino especiado caliente que no puedes irte sin probar.
La mezcla de culturas de Estrasburgo, así como la belleza de sus calles, invitan a recorrer y vivir la ciudad. Visitas obligadas son la catedral ubicada en ‘Place de la Cathédrale, la Casa Kammerzell de origen medieval, el encantador barrio de Petite France, el Parlamento Eropeo y el centro neurálgico de la ciudad: Place Kléber
Tallin, Estonia
Tallin (en portada) es, comparada con los destinos europeos ya mencionadas, una desconocida. Capital de Estonia y principal destino turístico del país, posee un centro histórico medieval que merece la pena conocer. Por algo ha sido catalogado como el mejor conservado del norte de Europa.
Durante el mes de diciembre, la ciudad se cubre no solo de nieve sino de miles de luces navideñas. El frio es cortante pero sus calles adoquinadas están llenas de puestos y cafés que ofrecen bebidas calientes. Visita la plaza del Ayuntamiento así como las encantadoras iglesias que salpican la ciudad, recorre los más de 2 kilómetros de murallas originales que rodean el casco antiguo y asómate a los diferentes miradores de la colina de Toompea. Y para acabar el día, disfruta de la pista de patinaje sobre hielo de la calle Harju
Transilvania, Rumanía
Transilvania es una región de Rumania famosa por ciudades medievales como Braşov y Sighişoara, separadas por un trayecto de dos horas en tren. La primera ofrece una antigua y cuidada arquitectura sajona, una imponente iglesia Negra y animados bares, mientras que la segunda es conocida por su ciudadela y su torre del reloj del siglo XIV.
Junto a las citadas destacan Sibiu, cuyas calles empedradas y casas de colores habréis probablemente visto en alguna instantánea y Cluj – Napoca, una ciudad con un bello centro histórico y una importante vida nocturna como buena ciudad universitaria.
¿Has visitado ya alguna de estas ciudades? ¿No quieres marcharte tan lejos? ¡Quédate más cerca, en cualquiera de estos destinos nacionales!