Las escaras, también conocidas como úlceras por presión, son lesiones de la piel y el tejido subyacente causadas por una presión prolongada. Estas pueden ser especialmente problemáticas en personas que tienen movilidad reducida, como aquellas que deben pasar largos periodos en cama o en silla de ruedas. La falta de movimiento prolongada disminuye el flujo sanguíneo en ciertas áreas del cuerpo, lo que puede derivar en complicaciones graves si no se toman medidas preventivas. Afortunadamente, existen múltiples soluciones para prevenir su aparición y mejorar la calidad de vida de quienes las padecen.
¿Qué son las escaras o úlceras por presión?
Las escaras son lesiones cutáneas que surgen debido a la presión constante, el roce o la fricción en áreas específicas del cuerpo, especialmente en las prominencias óseas como los talones, codos, coxis, hombros o caderas. Dichas zonas se ven más afectadas porque la piel está muy cerca del hueso, lo que dificulta la circulación sanguínea.
Las escaras no tratadas pueden evolucionar en diferentes etapas, desde una irritación leve hasta heridas abiertas que afectan músculos e incluso huesos. Su gravedad depende de factores como la duración de la presión, la movilidad del paciente y su estado general de salud.
Factores de riesgo de las escaras
Existen diversos factores que favorecen la aparición de escaras, entre ellos:
- Movilidad reducida: Pacientes encamados o en silla de ruedas durante largos periodos de tiempo.
- Humedad: La acumulación de sudor, orina o heces que entra en contacto prolongado con la piel.
- Dieta inadecuada: Déficit de proteínas, vitaminas y minerales esenciales para la regeneración de tejidos.
- Fricción y roce: Movilización incorrecta del paciente o uso de superficies inadecuadas.
- Edad: Las personas mayores tienen la piel más fina y vulnerable.
Cómo prevenir escaras en personas con movilidad reducida
Usar colchones antiescaras para camas articuladas
Uno de los aspectos más importantes en la prevención de escaras es el uso de colchones antiescaras. Estos colchones están diseñados para reducir la presión en las áreas más vulnerables del cuerpo, distribuyéndola de manera uniforme. Son ideales para personas que deben permanecer acostadas por largos periodos. Se pueden encontrar versiones confeccionadas con espuma, aire o agua. Los colchones de aire suelen ser los más avanzados, ya que cuentan con sistemas de ajuste automático o manual para personalizar la presión.
Además de los colchones, es posible emplear cojines antiescaras en sillas de ruedas. Dispositivos como cojines de espuma, gel o aire son fundamentales para disminuir la presión mientras el paciente está sentado.
Revisión diaria de la piel
Realizar una inspección diaria de la piel es esencial para detectar signos tempranos de presión o irritación, como enrojecimiento o cambios de temperatura. Los cuidadores deben prestar especial atención a las prominencias óseas y a las zonas más propensas a la humedad debido a incontinencia.
La observación temprana permite tomar medidas inmediatas, como el cambio de postura o la aplicación de productos protectores, evitando que las lesiones evolucionen a un estado más grave.
Mantenimiento adecuado de la piel
La piel debe mantenerse limpia, seca e hidratada para minimizar el riesgo de escaras:
- Uso de productos suaves: Utilizar jabones neutros y agua tibia para evitar irritaciones.
- Secado delicado: Secar con toallas suaves sin fricción excesiva.
- Cremas hidratantes: Aplicar lociones emolientes para mantener la elasticidad y prevenir grietas.
- Productos barrera: Si hay incontinencia, emplear productos con óxido de zinc para proteger la piel contra la humedad.
Cambios frecuentes de postura
El cambio de postura es esencial para aliviar la presión en las áreas vulnerables. Se recomienda realizar rotaciones cada 2 o 3 horas en pacientes encamados.
Las posturas recomendadas incluyen:
- Boca arriba.
- De lado, alternando entre derecha e izquierda.
- Sentado, siempre que sea posible.
Es fundamental evitar apoyar al paciente sobre zonas lesionadas o con riesgo elevado de escaras. Además, minimizar la inclinación de la cama a no más de 30 grados puede reducir la fricción y el deslizamiento.
Uso de apósitos para protección local
Los apósitos especiales son una excelente opción para proteger las áreas de mayor riesgo. Por ejemplo, taloneras diseñadas específicamente para los pies pueden reducir la presión en los talones.
Nutrición adecuada
Una dieta equilibrada rica en proteínas, vitaminas y minerales es crucial para fortalecer la piel y acelerar su regeneración. Beber suficiente agua también ayuda a mantener la piel hidratada y en óptimas condiciones.
Recurre a un profesional
En situaciones más complejas o si ya han aparecido escaras, es esencial buscar la ayuda de un profesional de la salud. Un equipo médico puede diseñar un plan personalizado que incluya cuidados en el hogar, tratamientos específicos y recomendaciones para mejorar la movilidad y la calidad de vida del paciente.
Abordar la prevención de escaras no solo mejora la calidad de vida de las personas con movilidad reducida, sino que también evita complicaciones dolorosas y costosas. Adoptar estas medidas puede marcar una gran diferencia en la salud y el bienestar general de los pacientes.