Praga, capital de la República Checa y conocida como la «Ciudad de las Cien Torres», ofrece al visitante un viaje al corazón de la historia, la arquitectura y la cultura. Con un casco histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, sus calles empedradas, hermosos puentes, iglesias góticas y monumentos fascinantes, Praga es uno de los destinos más visitados del mundo. Situada a orillas del río Moldava, esta ciudad combina la majestuosidad del pasado con la vitalidad del presente, atrayendo a millones de turistas cada año.
A continuación, te invitamos a explorar los principales puntos de interés que no puedes perderte en esta ciudad mágica. Desde su icónico castillo hasta sus parques pintorescos y barrios históricos, Praga es un lugar repleto de maravillas para descubrir.
Castillo de Praga
El Castillo de Praga es uno de los lugares más destacados de la ciudad y una parada indispensable para los visitantes. Fundado en el siglo IX, este conjunto monumental es considerado el castillo más grande del mundo, abarcando una superficie de casi 70.000 m². Más que un castillo, se trata de un recinto amurallado que alberga diversos edificios históricos interconectados por calles pintorescas.
Entre sus principales atracciones se encuentran:
- Catedral de San Vito: Un majestuoso ejemplo de arquitectura gótica, donde se conservan las Joyas de la Corona de Bohemia y la tumba de San Wenceslao.
- Antiguo Palacio Real: Con una historia que data del siglo XI, este palacio fue la residencia de los reyes de Bohemia y alberga la Sala Vladislao, famosa por su impresionante techo abovedado.
- Callejón del Oro: Una pintoresca calle repleta de pequeñas casas de colores. Aquí vivió el famoso escritor Franz Kafka durante un breve periodo.
- Basílica y Convento de San Jorge: Este edificio románico alberga la Galería Nacional de Praga, con una colección de arte checo antiguo.
- Jardines Reales: Un espacio verde perfecto para pasear, con vistas espectaculares de la ciudad.
Es recomendable dedicar al menos medio día para visitar todo el complejo, ya que hay mucho por explorar. Además, se puede disfrutar de las hermosas vistas panorámicas de Praga desde diferentes puntos del castillo.
Puente de Carlos
El Puente de Carlos, construido en el siglo XIV bajo el mandato del rey Carlos IV, es uno de los símbolos más reconocidos de Praga. Este puente peatonal de más de 500 metros de largo conecta la Ciudad Vieja con el barrio de Malá Strana, ofreciendo unas vistas inigualables del Castillo de Praga y el río Moldava.
Además de su espectacular arquitectura gótica, el puente está adornado con 30 estatuas de santos, entre las que destaca la de San Juan Nepomuceno, patrón de Bohemia. Según la tradición, tocar la base de su estatua y pedir un deseo lo hará realidad.
El Puente de Carlos es especialmente mágico al amanecer o al atardecer, cuando la luz crea un ambiente romántico y único. Los artistas callejeros, músicos y vendedores que suelen instalarse a lo largo del puente también contribuyen a su encanto.
Torre de la Pólvora
La Torre de la Pólvora es una de las puertas originales de la antigua muralla de Praga y un maravilloso ejemplo de arquitectura gótica. Construida en el siglo XV, su nombre se debe a su uso como almacén de pólvora en el siglo XVII.
Esta torre, de 65 metros de altura, ofrece a los visitantes la posibilidad de disfrutar de unas vistas impresionantes del casco histórico desde su mirador. Aunque la subida por su escalera de caracol puede ser un poco desafiante, la recompensa vale la pena.
Plaza de la Ciudad Vieja
La Plaza de la Ciudad Vieja es el corazón histórico de Praga y uno de sus lugares más emblemáticos. Rodeada por edificios históricos y monumentos, esta plaza ha sido un punto de reunión durante siglos.
Entre sus atracciones destacan:
- Reloj Astronómico: Una obra maestra medieval instalada en el Ayuntamiento de la Ciudad Vieja. Cada hora, el reloj se pone en movimiento con un desfile de apóstoles y otras figuras simbólicas.
- Iglesia de Nuestra Señora de Týn: Con sus icónicas torres góticas, es una de las postales más famosas de Praga.
- Monumento a Jan Hus: Una estatua en honor al reformador religioso checo.
La plaza es también un lugar ideal para disfrutar de la gastronomía local en sus cafeterías y restaurantes.
Catedral de San Vito
La Catedral de San Vito, situada dentro del complejo del Castillo de Praga, es una obra maestra de la arquitectura gótica. Su construcción comenzó en 1344 y se prolongó durante varios siglos, lo que ha dado lugar a una mezcla de estilos arquitectónicos.
Dentro de la catedral, destacan:
- Las vidrieras: Diseñadas por artistas como Alfons Mucha, son un espectáculo de color y detalle.
- La tumba de San Wenceslao: Un lugar de gran importancia histórica y religiosa para los checos.
- La Torre de la Catedral: Desde su cima, se puede disfrutar de una vista panorámica de Praga.
Callejón del Oro
El Callejón del Oro es una de las áreas más pintorescas de Praga. Esta estrecha calle, situada dentro del Castillo de Praga, debe su nombre a los orfebres que vivieron aquí en el siglo XVII. Sus pequeñas casas de colores han sido convertidas en museos y tiendas de recuerdos, brindando al visitante una experiencia única.
El número 22 es especialmente famoso, ya que fue la residencia de Franz Kafka durante un tiempo.
Otros lugares imprescindibles
- Barrio Judío: Un lugar lleno de historia, con sinagogas y el Cementerio Judío, uno de los más antiguos de Europa.
- Isla de Kampa: Una zona tranquila ideal para pasear, conocida como la «Venecia de Praga».
- Monte Petrín: Un pulmón verde con una torre de observación que ofrece vistas espectaculares de la ciudad.
- Casa Danzante: Un icónico edificio moderno que representa una pareja bailando.
Praga es una ciudad que combina la magia de su rico pasado con un vibrante presente. Cada rincón tiene una historia que contar, y cada monumento es un testimonio de su grandeza. No importa si es tu primera visita o si regresas para redescubrirla, siempre habrá algo nuevo por explorar en esta joya de Europa Central.