No todos los divorcios son iguales y cada uno tiene sus propias características. Los datos son bastante claros y es que indican que cada vez hay más parejas que deciden divorciarse y poner fin de una manera definitiva, al vínculo que les une. A través del divorcio se consigue dejar sin efecto legal el vínculo matrimonial entre dos personas y que puedan rehacer su vida como ellos quieran.
Acto seguido te vamos a explicar de una manera detallada, los tipos o clases de divorcio y en qué se diferencian los unos de los otros.
Clases de divorcio
El proceso de divorcio no es plato de buen gusto para nadie y en ocasiones puede llegar a resultar bastante doloroso para ambas o una de las partes. A día de hoy basta con el consentimiento de una de las partes a la hora de solicitar el divorcio. Como verás a continuación, son cuatro los tipos de divorcio que existe y que ahora analizaremos de una manera mucho más detallada.
- El divorcio de mutuo acuerdo es el mejor de todos. Ambas partes están de acuerdo en poner fin al vínculo matrimonial. Se trata de un proceso rápido y muy sencillo. Se debe realizar un convenio en el que se refleje la custodia de los hijos, la repartición de bienes y todo lo relacionado con la herencia.
- El segundo tipo de divorcio es el contencioso y se caracteriza porque una de las partes se quiere divorciar y la otra no está de acuerdo. Como no hay consenso en la pareja, no hay ningún tipo de convenio. Ante ello, se presenta una demanda por vía judicial para conseguir el divorcio. Se trata de un camino largo y lleno de problemas, debido a la negativa de una de las partes. Este tipo de divorcio puede prolongarse hasta dos años y suele pasar factura a nivel emocional.
- El divorcio administrativo es el tercer tipo de divorcio. Se acude al registro civil ya que el matrimonio es de tipo civil. En principio, se trata de un trámite rápido siempre y cuando ambas partes estén de acuerdo.
- El último tipo de divorcio es el considerado como exprés y solo hace falta el consentimiento de una de las partes para conseguir el divorcio. Como su mismo nombre indica, se trata de un trámite realmente rápido.
Qué consecuencias trae el divorcio
En el caso de que el divorcio se produzca de mutuo acuerdo, no tiene por qué haber problemas en un futuro. En el caso de que sea contencioso, la cosa empieza mal y puede llegar a terminar mucho peor. La parte que se quiere divorciar puede llegar a sufrir serios problemas a nivel mental, dando lugar a fuertes episodios de estrés y de ansiedad.
Es bastante normal que a raíz de verse envuelto en un proceso de divorcio que no es de mutuo acuerdo, una de las partes tenga que acudir a un profesional que le pueda ayudar a afrontar tal situación. Es bastante normal que aparezcan sentimientos que hasta ahora no habían aparecido como es el caso de la inseguridad o la tristeza. Aparte de la ayuda de un profesional, se aconseja en muchos casos el acudir a terapia para conseguir dejar el pasado atrás y poder empezar de nuevo una vida.