Nos encanta la decoración. Imaginamos cómo queremos que luzca nuestro hogar y rápidamente nos aventuramos a plasmar esa visión. Sin embargo, la decoración de interiores no siempre es tan sencilla. En ocasiones, algunos errores pueden deslucir el resultado final. Por eso, hoy vamos a analizar los errores decorativos más comunes que debemos evitar para garantizar que nuestro hogar luzca tan bien como lo habíamos visualizado.
Con solo seguir unos pasos básicos, puedes lograr una decoración que te encante y que sea funcional. Aunque las tendencias son una guía, es vital adaptar cada decisión a nuestras necesidades y al espacio disponible. ¿Quieres descubrir cómo hacerlo? Entonces no te pierdas el siguiente artículo.
No pensar en los puntos de luz
Antes de comenzar cualquier proyecto de decoración, es crucial prestar atención a los puntos y zonas de luz en el espacio. La iluminación es uno de los elementos fundamentales en el diseño interior ya que puede transformar por completo la percepción de una estancia.
Por ejemplo, las zonas principales como el salón o el comedor deberían beneficiarse de luz natural siempre que sea posible. Si esto no es viable, opta por una iluminación artificial que garantice claridad y calidez. Utiliza lámparas de pie, apliques o luces indirectas para establecer una atmósfera acogedora y evitar sombras indeseadas. Recuerda que un error común es no distribuir adecuadamente las fuentes de luz, dejando zonas importantes mal iluminadas.
Comprar muebles sin pensar en su distribución
Uno de los errores más habituales en decoración es adquirir muebles sin considerar cómo se colocarán en el espacio. En ocasiones, nos sentimos atraídos por piezas llamativas pero, una vez en casa, nos damos cuenta de que no encajan como esperábamos.
Para evitarlo, es recomendable seguir la técnica del minimalismo: «menos es más». Apuesta por muebles que realmente necesites y que se adapten a las dimensiones del entorno. Optar por tonalidades claras y complementarlas con espejos estratégicamente ubicados puede hacer que las estancias parezcan más grandes y luminosas.
En caso de espacios reducidos, considera opciones multifuncionales, como sofás cama o mesas plegables. Además, si necesitas almacenamiento adicional, elige soluciones que aprovechen las paredes, como estanterías suspendidas o armarios empotrados.
Colocar todos los muebles pegados a las paredes
Muchas personas tienen la costumbre de arrimar los muebles a las paredes para «liberar» el centro de la habitación. Sin embargo, este esquema puede generar una sensación de vacío poco acogedora en el centro del espacio.
¿La solución? Crear agrupaciones en el centro de la estancia. Por ejemplo, agrupa sofás y sillones alrededor de una mesa de centro para fomentar la socialización. Las alfombras pueden ayudarte a delimitar estas áreas, mientras que elementos como mesas auxiliares o lámparas de pie añaden funcionalidad y estilo. Según el interiorista Abel de González: «Diseñar espacios en capas y aprovechar cada rincón no solo mejora la funcionalidad, sino que también aporta dinamismo».
Olvidar la importancia de las proporciones
El tamaño de los muebles y accesorios debe estar en armonía con el espacio disponible. Un mueble demasiado grande en una habitación pequeña puede hacer que se perciba abarrotada, mientras que piezas demasiado pequeñas pueden pasar desapercibidas.
Para conseguir un equilibrio, mide cada área antes de realizar compras. Considera la altura de los techos, el tamaño de las paredes y el flujo de paso. Por ejemplo, en el comedor, una mesa pequeña puede quedar desproporcionada en una estancia amplia.
No arriesgar con los colores y texturas
Jugar con los colores y las texturas es clave para crear un ambiente dinámico y atractivo. Apostar únicamente por tonos neutros y materiales homogéneos puede resultar monótono. Por eso, te recomendamos añadir toques de contraste.
Por ejemplo, combina tonos cálidos con más fríos, o utiliza cojines y mantas con patrones variados para romper con la uniformidad. Si decides incluir una pared de acento, elige un color que complemente el mobiliario existente y añade accesorios a juego.
Descuidar la decoración de las paredes
Las paredes son el lienzo perfecto para expresar tu estilo personal. Sin embargo, elegir piezas de arte inadecuadas o colgarlas a una altura incorrecta puede deslucir el resultado.
Una regla básica es colocar el arte a la altura de los ojos, asegurándote de que la proporción sea adecuada al espacio. Las galerías de pared o cuadros con marcos coordinados son excelentes opciones para añadir personalidad sin recargar. Si prefieres un estilo minimalista, apuesta por un único cuadro grande que se convierta en el punto focal de la estancia.
No tener paciencia en el proceso decorativo
La decoración de un espacio no es algo que se deba apresurar. Planificar con calma y adquirir elementos progresivamente te permite observar qué funciona y qué no, evitando compras impulsivas que puedan generar gastos innecesarios.
Visualiza la decoración como un puzzle, donde cada pieza debe encajar perfectamente para alcanzar el equilibrio deseado. Plantéate metas a corto y largo plazo, priorizando la funcionalidad y adaptándote a tu presupuesto.
En la decoración, cada detalle cuenta. Desde la elección del mobiliario hasta el uso de la luz y el color, evitar los errores más comunes y analizar cada decisión con detenimiento puede marcar la diferencia entre un espacio común y uno verdaderamente encantador. Dedica tiempo a planificar tu hogar y utiliza los recursos adecuados para que refleje tu estilo personal y sea funcional al mismo tiempo.