En la temporada de verano, es común que los niños alteren sus rutinas diarias debido a las vacaciones escolares y actividades al aire libre. A pesar de este desorden temporal, garantizar un descanso adecuado sigue siendo crucial. Los expertos coinciden en que la siesta no solo es beneficiosa, sino también fundamental para el desarrollo físico, emocional y cognitivo de los más pequeños.
¿Por qué es esencial que los niños duerman la siesta en verano?
La siesta tiene múltiples beneficios que impactan positivamente en el desarrollo físico y emocional de los niños. Los estudios de varias organizaciones, como la Organización Mundial de la Salud (OMS), indican que niños de entre 1 y 2 años requieren de 11 a 14 horas de sueño diarias, mientras que aquellos en edades preescolares (3 a 5 años) necesitan entre 10 a 13 horas, incluyendo las siestas.
En verano, las actividades intensas, como nadar, correr y jugar al aire libre, se suman al calor, lo que puede generar mayores niveles de cansancio. La siesta ayuda a los niños a recuperar fuerza y mejorar su estado de ánimo y concentración para enfrentar el resto del día.
Además, el sueño diurno en los primeros años de vida es esencial para consolidar aprendizajes y procesar información adquirida. Un bebé o niño pequeño que duerme durante el día experimentará menos irritabilidad y una mejora en su bienestar emocional general.
La siesta y su impacto en la salud física y emocional
Un gran impacto de la siesta es su papel en la liberación de la hormona del crecimiento (GH), que ocurre principalmente durante las fases profundas del sueño. Esta hormona contribuye al desarrollo de huesos, músculos y otros tejidos esenciales. Además, fortalece el sistema inmunológico, lo que permite a los niños combatir infecciones y reducir el riesgo de enfermedades.
Por otra parte, la siesta favorece el bienestar emocional. Los niños que duermen lo suficiente son menos propensos a desarrollar ansiedad, irritabilidad o problemas de conducta.
Otro beneficio crucial es el desarrollo cognitivo. Durante el sueño, el cerebro de un niño procesa información y consolida aprendizajes del día. Esto les ayuda a mejorar su capacidad de memoria, atención y rendimiento escolar a largo plazo.
Consejos para asegurar una buena siesta en verano
Asegurar que los niños duerman la siesta en verano puede convertirse en un desafío para algunos padres. Sin embargo, con las siguientes recomendaciones, se puede facilitar el hábito y maximizar sus beneficios:
- Crear una rutina de actividades matutinas: Las actividades físicas durante la mañana, como jugar al aire libre o practicar algún deporte, ayudarán al niño a gastar energía y predisponerlo al descanso después de comer.
- Evitar el uso de pantallas: La exposición a pantallas antes de dormir puede interferir con la producción de melatonina, dificultando la conciliación del sueño.
- Ambiente adecuado: Asegúrate de que la habitación tenga una temperatura agradable, con luz tenue o en completa oscuridad, para generar un entorno propicio para el descanso.
- Duración limitada: La siesta no debe superar los 90 minutos. Dormir más tiempo puede interferir con el sueño nocturno.
- Horarios consistentes: Intenta que el niño duerma la siesta aproximadamente a la misma hora cada día, preferiblemente antes de las 16:00 horas.
Qué evitar para no afectar las siestas
Existen ciertos factores que pueden complicar la rutina de las siestas:
- Evitar comidas pesadas antes de la siesta: Una comida ligera y saludable facilitará el descanso sin causar problemas digestivos.
- No forzar el descanso: Aunque la siesta es importante, tampoco se debe obligar al niño si no muestra signos de cansancio evidente, ya que esto podría generar rechazo al hábito.
- Reducir el ruido: Asegúrate de mantener un ambiente tranquilo y sin interrupciones para que el niño no se despierte durante el descanso.
Un descanso diurno efectivo repercutirá positivamente en la calidad del sueño nocturno y en el ánimo general del pequeño.
Datos curiosos sobre la siesta
¿Sabías que en países como China la siesta forma parte del sistema educativo? En algunas escuelas, los pupitres están diseñados para convertirse en camas, con el fin de promover el descanso en los estudiantes. Aunque esto puede parecer inusual en otras culturas, muestra la relevancia que tiene el descanso diurno para el desarrollo cognitivo y emocional.
En España, aunque la siesta es parte de la cultura popular, solo un 16% de los adultos la practican regularmente. Sin embargo, el hábito persiste en los niños, destacándose como una necesidad más que una costumbre.
Si bien los adultos pueden considerar la siesta como una pausa opcional, para los niños menores de 5 años es una parte integral de su desarrollo. Los beneficios son claros, y adaptarse a las necesidades de cada niño marcará la diferencia en su crecimiento y bienestar general.
Dedicar tiempo a establecer un hábito sólido de siesta puede parecer una tarea difícil al principio. Sin embargo, con paciencia y constancia, los padres pueden garantizar que sus hijos disfruten del descanso necesario para afrontar el verano con energía y vitalidad.