El amor confluente es aquel que se da entre dos personas que deciden apostar por una relación sana, recíproca y activa. Dichas personas deciden dejar de lado el amor tradicional considerado para toda la vida y eligen un amor mucho más real basado en valores tan importantes en una pareja como es el caso del respeto y de la comunicación.
Hay que dejar de lado la toxicidad y el hecho de que el amor es sufrimiento, para vivir un amor realista y totalmente saludable. En el siguiente artículo te detallamos en qué consiste esta clase de amor y las características que se debe dar en la propia pareja.
El amor confluente
Este tipo de amor parte del hecho de que en una pareja debe haber siempre reciprocidad e igualdad entre las partes. Se trata sin lugar a dudas de una manera realmente de amar a otra persona. En el amor no vale todo y no puede haber desigualdad y malos modos de manera habitual. Por desgracia a día de hoy, ello sigue ocurriendo y son muchas las mujeres las que se encuentran sometidas a sus parejas, sin darse cuenta de ello.
Qué características tiene el amor confluente
Hay una serie de características que hacen que el amor entre dos personas se puede considerar como confluente:
- Hay un interés y un gran empeño de la pareja porque el amor y la relación se haga más fuerte y vaya a más. Para que esto se produzca, debe una implicación total dentro de la pareja.
- No se le teme en ningún momento a la soledad y a quedarse solo debido a que no existe dependencia emocional. Cuando la cosa no funciona, la relación se da por finalizada de una manera madura y sin llegar a conflictos ni a peleas.
- En la pareja debe haber reciprocidad y respeto mutuo a partes iguales. No hay luchas de poder y ninguno puede estar por encima del otro.
- El bienestar debe ser continuo a la vez que recíproco. Una de las partes debe recibir pero también debe dar. Lo importante es que la pareja sea feliz.
- La cooperación y el trabajo de ambas personas es esencial a la hora que la relación se haga más fuerte. No sirve de nada el seguir en una relación en la que una de las partes se muestra activa y la otra pasiva.
- Ninguno de los dos puede estar sometido al otro. Se debe respetar el espacio personal para que haya libertad suficiente para poder actuar, sin sentirse atado en ningún momento.
En definitiva, el amor confluente busca el formar una pareja a partir de dos personas independientes. La relación debe crecer día a día gracias al trabajo y a la cooperación de ambas personas. La igualdad y el respeto mutuo es otro de los aspectos más destacables en este tipo de amor. Ninguna de las dos personas están atadas y son libres de terminar con la relación cuando lo consideren oportuno. Lo importante es el estar bien a nivel emocional y el practicar un tipo de amor sano.