Cómo elegir la almohada correcta para dormir mejor

Dormir es esencial para poder tener una buena salud tanto física como mental. Pero si hay un complemento que todos utilizamos a la hora de dormir, es la almohada. La almohada es imprescindible en todas las camas del mundo para optimizar un buen descanso y que el cuello pueda reposar adecuadamente. Así se evitarán males mayores o dolores indeseados al despertar.

Si aún no has encontrado la almohada que satisfaga tus necesidades de descanso cada noche y te levantas con molestos dolores, entonces lo ideal es que no te pierdas los siguientes consejos para escoger la que realmente va contigo.

No todas son iguales

Ni todas las almohadas son iguales ni hay una almohada que satisfaga a todos. Cuando estás acostado/a sobre el colchón en la posición que más te gusta para dormir, tu cabeza y tu cuello deberán estar al nivel de tu columna vertebral. Es necesario que pruebes diferentes formas para dormir y así averiguar qué tipo de almohada va mejor para ti según la amortiguación y soporte que necesites.

Si tu almohada tiene más de dos años o ha perdido su flotabilidad, es hora de tirarla y cambiarla por otra que se ajuste mejor a tu cuello y tu cabeza. Si tienes una mala noche y duermes mal, encima el tener una almohada que no sea óptima para ti y tu salud, puede provocar horribles dolores de cabeza, de cuello y de cervicales.

Escoger la almohada correcta

Por este motivo, si quieres escoger la almohada correcta es importante que tengas presente algunos aspectos como los siguientes, según la postura en la que duermas cada noche.

Si duermes boca arriba

Si duermes boca arriba necesitarás una almohada de grosor medio. La almohada deberá apuntar a tener un grosor medio y una estructura que te ofrezca una buena sustentación horizontal en la parte inferior para el soporte del cuello.

Si duermes de lado

Si duermes de lado necesitarás una almohada que sea bastante voluminosa para llenar el espacio entre la oreja y el hombro. Una almohada en el lado más firme con un fuelle ancho (los paneles que están cosidos alrededor del perímetro de forma rectangular), es la opción más acertada para en este caso.

Si duermes boca abajo

Si duermes boca abajo deberás optar por una amortiguación más final o no tener ningún tipo de almohada. De esta manera podrás evitar la tensión que se puede crear en el cuello. Cuando duermes hacia abajo, una almohada con un poco de relleno puede ser una buena opción.

A partir de ahora ya puedes escoger el tipo de almohada que se adecue más a ti y a tus necesidades de descanso cada noche.


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