Muchos bebés presentan eccemas y otro tipo de problemas de piel, algo que para las familias es motivo de gran sufrimiento. El picor en la piel es realmente molesto y en bebés es mucho más complejo, ya que por una parte no entienden qué les pasa, no saben cómo gestionarlo y por si fuera poco, no entienden que no deben rascarse porque pueden empeorar el estado de su piel.
Por ello, es muy importante vigilar, controlar y mantener a raya los eccemas en bebés con remedios y tratamientos preventivos. Lo primero y más importante que debes hacer es acudir a la consulta del pediatra. De esta forma, primero podrá verificar si se trata de un eccema y de qué tipo o qué lo provoca o bien, si el problema cutáneo tiene otro origen.
Eccemas en bebés por dermatitis atópica
La dermatitis atópica es muy común en bebés, provoca erupción cutánea, enrojecimiento y mucho picor que aparece por brotes y en zonas determinadas. En muchos casos la dermatitis atópica desaparece de forma natural con los años, pero en otros, se mantiene incluso en la edad adulta y puede ser la llave a otros problemas de piel. El gran problema reside en que no existe un tratamiento curativo, tan solo paliativo de los síntomas.
Por ello, los bebés y niños pequeños que padecen de dermatitis atópica suelen sufrir brotes recurrentes y grandes molestias en la piel. El tratamiento por lo tanto es preventivo, es decir, es fundamental seguir algunas pautas para mantener los eccemas a raya y evitar que el bebé sufra las molestias de los síntomas. La forma de hacerlo es hidratar la piel de forma constante, con productos específicos para pieles atópicas. De esta forma además podrás minimizar el picor que provoca el eccema en la piel.
Cómo tratar los problemas en la piel de los bebés
Los eccemas aparecen siempre en pieles muy secas o con enfermedades como la dermatitis atópica. Se caracterizan porque la piel se ve abultada, enrojecida, descamada y por zonas específicas. En muchos casos aparece en los codos, detrás de las rodillas, en las orejas e incluso en cualquier otra parte del cuerpo. El principal síntoma del eccema es el picor, muy intenso y difícil de controlar. Por ello, en los momentos de brote o en casos muy severos es necesario aplicar antiinflamatorios localizados, que son corticosteroides cutáneos.
Este fármaco tiene diversos efectos adversos, por lo que nunca se debe utilizar si no es bajo prescripción médica y siguiendo siempre la pauta ofrecida por el pediatra. No obstante, es el tratamiento que suelen recomendar ya que es la única forma de calmar el picor y evitar que la irritación de la piel vaya a más. Por otra parte, es fundamental mantener la piel muy bien hidratada para proteger la barrera natural de la piel. Sigue estos consejos para evitar infección y otros posibles problemas asociados de los eccemas en bebés.
- Lávate muy bien las manos antes de tocar la piel de tu bebé. Cuando hay un eccema la piel está dañada, tiene una herida abierta que se puede infectar si entra en contacto con bacterias.
- Aplica la crema de forma generosa y realiza un masaje para ayudar a la piel a absorberla completamente. Lo recomendable es usar la crema dos veces al día y aplicar de forma localizada cuando el bebé comienza a rascarse o mostrarse molesto.
- Aplica frío en los eccemas para evitar que el bebé se rasque. Coloca hielo en un paño limpio y seco y coloca sobre las zonas con eccema. El frío ayuda a reducir la inflamación además de calmar el picor.
Estos son los consejos que los expertos en cuidado de la piel ofrecen en los casos de dermatitis o eccemas en bebés. Pero recuerda, al tratarse de niños tan pequeños es muy importante acudir al pediatra para que analice y valore la situación. Además, será necesario llevar un control para saber cómo evoluciona el problema de eccemas en tu bebé.