Diez técnicas para fomentar el autocontrol en los hijos

Niño enfadado

Son muchos los padres y madres que experimentan gran impotencia ante las rabietas descontroladas, que en ocasiones, manifiestan algunos niños. Frustración y desesperación. Son algunos de los sentimientos más habituales ante situaciones en las que a los hijos les cuesta ejercer un adecuado autocontrol de sus emociones.

Aunque no en el mismo grado que en la vida adulta, en la infancia también se experimentan frustraciones. En cualquier etapa de la vida van a surgir situaciones que no nos agradan, que nos duelen, que se nos escapan de las manos… La mejor manera de enseñar a los hijos a desenvolverse en el mundo con las adecuadas estrategias, es dotándolos de una buena habilidad para gestionar sus emociones.

Si vuestro hijo reacciona con rabietas exageradas y aún no ha desarrollado una adecuada tolerancia a la frustración, te mostramos 10 técnicas que podrán ayudarle a establecer un mejor control de sus emociones negativas.

La rueda de las opciones

Es una técnica de Disciplina Positiva, que consiste en crear junto al niño una rueda con distintas opciones de cosas que puede hacer para tranquilizarse, cuando se sienta enfadado o frustrado. Las opciones han de ser factibles y posibles de realizar. Deben estar al alcance del niño para que, cuando sienta que lo necesite, pueda acudir a ellas. Por ejemplo: escribir en un diario cómo me siento, dibujar, tomarme unos minutos a solas… Pueden ser múltiples opciones.

La manera de hacer la rueda es muy simple. En una cartulina, se dibuja una circunferencia y esta se divide en distintas secciones. En cada una de ellas, hacemos un dibujo con las distintas opciones que el niño ya habrá propuesto. Esta rueda la colocaremos en una zona visible, preferentemente en la habitación de vuestro hijo. De esta manera, tendrá muy presente las distintas cosas que puede hacer cuando se sienta muy enojado.

Tiempo fuera positivo

Niña jugando en su habitación

Esta es otra de las herramientas que promueve la Disciplina Positiva. Se trata de crear junto con el niño, un espacio dentro de casa en el que pueda refugiarse y calmarse cuando sienta que va a perder el control. Es importante que quede muy claro, que no es un espacio de castigo. No es un lugar al que mandamos a nuestro hijo como consecuencia de haber hecho algo mal. Es un espacio al que podrá acudir voluntariamente para gestionar su enfado y desarrollar su autocontrol.

Lo ideal es que este lugar esté acondicionado de tal forma que aporte tranquilidad al niño. Elementos que le inviten a relajarse, como libros, pizarra, plastilina o colores para dibujar, serán de gran ayuda.

El semáforo

Esta técnica es utilizada para que los niños aprendan a autorregular expresiones de ira y comportamientos impulsivos. Requiere de un entrenamiento continuo en el que enseñaremos al niño a actuar de la misma forma que actúa ante un semáforo, en situaciones en las que se puedan dar este tipo de comportamientos. Rojo (nos detenemos), Amarillo (pensamos antes de actuar) y Verde (podemos actuar).

Para que se comprendan de forma clara las instrucciones, es recomendable usar un apoyo visual que el niño pueda tener a la vista hasta que el concepto haya sido completamente interiorizado. Al igual que en la técnica anterior, podemos dibujar un semáforo en grande en una cartulina y al lado de los tres colores, indicar las instrucciones a seguir.

  • ROJO: Detente. Tranquilízate y después párate a pensar
  • AMARILLO: Piensa soluciones, alternativas y consecuencias
  • VERDE: Adelante. Pon en práctica la mejor solución

Tocar agua o arena

Para niños a los que los elementos sensoriales les despierten curiosidad, tocar elementos de la naturaleza funciona como un buen método relajante para que se tranquilicen. Si tu hijo muestra esta especial sensibilidad, puedes utilizar una cubeta de agua para que meta sus manos, o una caja con arena para que pueda experimentar con la textura a la vez que se calma.

Música y actividades manuales

Madre e hija haciendo manualidades

La música ejerce un buen poder relajante sobre la mente al activar zonas del cerebro relacionadas con el placer y la calma. Si además a tu hijo le gusta la música, sólo tienes que darle al play cuando veas que comienza a ponerse nervioso. Lo ideal es que sea música relajante, pero todo dependerá de los gustos de cada niño. Lo importante es que sea música que le guste y le permita volver a la calma.

Las actividades manuales suelen ser también muy efectivas para ayudarnos a conseguir un estado de tranquilidad. Pintar mandalas, colorear, hacer bloques, la papiroflexia… cualquier actividad manual que guste a vuestro peque, constituirá una efectiva herramienta para conseguir que se relaje. Además, como punto a favor, también estaremos permitiendo que desarrolle su creatividad.

Soplar burbujas

Niña soplando burbujas

Con esta técnica, los niños aprenden a conseguir la calma mediante el control de la respiración. Consiste en imaginar que se hacen burbujas y, para esto, es necesario aprender a controlar la respiración soplando suavemente para que las burbujas puedan formarse. También podemos realizar esta técnica soplando burbujas con una pajita en un vaso de agua.

Meditación y autocontrol

Usando la comparativa de un globo, enseñamos al niño a controlar su respiración. Le explicamos que imagine su abdomen como si de un globo se tratase. Este globo se infla y se desinfla con cada respiración. En cada inhalación, se hinchará y con cada exhalación, se desinflará. El control de la respiración es un factor clave a la hora de conseguir un estado de calma y relajación.

Fabricar su bolita anti-estrés

Bolas antiestrés para que los niños aprendan autocontrol

Esta técnica, al igual que con los adultos, también funciona muy bien con los niños y más si son ellos los que crean su propia bolita anti-estrés. Es muy sencillo. Sólo tienes que conseguir un globo grueso y rellenarlo con arena, alpiste o arroz. El tamaño debe ser el adecuado para que quepa en la palma del niño. Si queréis, podéis hacerlo aún más atractivo, pintándole una carita y poniéndole un nombre y seguro que así le será mucho más fácil desarrollar su autocontrol.

Ofrecerle un abrazo

El amor y el afecto provocan la liberación de oxitocina, una hormona relacionada con el bienestar y la regulación de las emociones negativas. Aunque recibir abrazos es agradable para cualquier persona, no se trata de forzar al niño a dar o recibir un abrazo nuestro. En muchos niños, cuando están enfadados esto puede resultar bastante complicado. Simplemente pregúntale si le gustaría recibir un abrazo o quizás más tarde. ¡Puede que te sorprendas!

Mostrarte como un bueno modelo a seguir

Los niños, utilizan la imitación como método de actuación. Esto quiere decir que observarán a sus figuras paternas y actuarán imitando las conductas que de ellos aprendan. Por esto es fundamental que, para enseñar a vuestro hijo a tolerar correctamente la frustración y desarrollar una buena habilidad de autocontrol, vosotros como padres, hagáis lo mismo. Si sois un adecuado ejemplo de conducta, le estaréis transmitiendo una de las habilidades más poderosas que existen para hacer frente al mundo.


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