Algo que parece tan simple como es secarse el pelo, podría tener más ciencia de lo que pensamos y es que, aunque parece una tarea fácil, dependiendo del uso que hagamos de nuestro secador, nuestro cabello puede verse expuesto a daños ocasionados por el calor, que en muchos casos son fáciles de evitar, siempre y cuando llevemos a cabo unas sencillas rutinas y utilicemos los productos adecuados.
Si quieres saber cuál es la mejor manera de secar tu cabello sin dañarlo y conseguir un efecto de brillo y suavidad, no dejes de leer el siguiente post y consigue… ¡un acabado de peluquería!
Índice
- 1 Mantén limpio el filtro de aire de tu secador
- 2 Envuelve el cabello en una toalla
- 3 Utiliza protectores de calor
- 4 Coloca la boquilla del secador de la manera correcta
- 5 No acerques en exceso el secador al cabello
- 6 De la raíz a las puntas
- 7 Divide el cabello en secciones
- 8 Ayúdate con el cepillo adecuado
- 9 Dale forma a tu flequillo
- 10 El acabado perfecto
Mantén limpio el filtro de aire de tu secador
La finalidad de esta rejilla es la de evitar que el polvo, suciedad y pelos, penetren en el motor causando averías innecesarias. Si no mantienes limpia y despejada esta zona, seguramente la vida media de tu secador será muy, muy corta… Quitar la famosa pelusilla que se queda en la trampilla de atrás es muy sencillo.
Lo único que tienes que hacer es desenroscarla y colocarla bajo el agua de forma que toda la suciedad se desprenda de la misma. Una vez limpia, es imprescindible que, con un paño, la sequemos completamente comprobando que no quede nada de agua. De esta forma, además de conseguir que tu secador aguante más el paso del tiempo, evitarás recalentamientos que puedan perjudicar también a tu cabello.
Envuelve el cabello en una toalla
Antes de empezar a secar, es aconsejable secar la mayor cantidad de agua de forma natural. Coge una toalla, envuelve tu cabello y colócala como si fuera un turbante durante unos 10 minutos. La idea es absorber la mayor cantidad de agua posible, para que el calor no reseque demasiado el pelo. Nunca frotes el cabello con la toalla ya que esto provoca la rotura de la fibra capilar y nos da como resultado un pelo completamente erizado.
Utiliza protectores de calor
Aplicar un protector térmico antes de usar un secador, una plancha de alisado o cualquier otro instrumento que exponga el cabello a una fuente de calor, será un paso fundamental que no debemos saltarnos a la torera si queremos que éste no sufra la continuada exposición a la elevada temperatura. Usar un producto de estas características nos ayudará a conseguir un acabado con brillo y, más importante aún, contribuirá al mantenimiento de un pelo sano y fuerte.
Coloca la boquilla del secador de la manera correcta
Aunque esto parezca una tontería, lo cierto es que no lo es. Esta boquilla sirve para concentrar el aire que expulsa el secador facilitando un secado más rápido ya que, si la colocamos de la forma correcta, estaremos aplicando el calor sobre la zona a la que nos dirijamos sin que el aire se disperse. La forma más adecuada es la de poner la boquilla de forma paralela al mechón del cabello que estamos secando, de forma que el secador realice una especie de “barrido”.
No acerques en exceso el secador al cabello
No debemos olvidar que aunque el uso del secador es bastante común, especialmente en las mujeres, no deja de ser un potente chorro de aire caliente que aplicamos sobre el cabello. Para evitar que se queme o se deshidrate, los profesionales recomiendan mantener el secador a unos 15-20 cm de distancia y, además, no fijar la temperatura más elevada.
De la raíz a las puntas
Comienza a secar el pelo desde la raíz hasta las puntas separando mechones y manteniendo el secador en movimiento para no estar mucho tiempo aplicando calor sobre la misma zona. Dirige el chorro de aire en la dirección del nacimiento del cabello, de esta forma, alisas la escamas de la cutícula consiguiendo un efecto suave y ordenado.
Divide el cabello en secciones
Secarnos el pelo puede parecer una tarea un tanto aburrida, especialmente si tenemos gran cantidad o densidad de pelo. La clave está en separar tu cabello en secciones e ir aplicando calor en cada una de ellas. De esta forma nos aseguramos que todo el pelo esté seco sin dejarnos mechones escondidos sin secar, obteniendo un resultado más uniforme.
Ayúdate con el cepillo adecuado
Nos decantaremos por un tipo de cepillo u otro en función del cabello que tengamos. Los de metal son adecuados para cabellos finos y normales, pero si tu pelo es áspero, estos pueden causar importantes daños cuando los usamos de la manera incorrecta o con excesivo calor. Si tu cabello es grueso, áspero o está tratado con productos químicos, utiliza mejor cepillos con cerdas naturales, ya que éstas se sujetarán al cabello sin calentarse en exceso, protegiéndolo así de roturas innecesarias.
Dale forma a tu flequillo
Si tienes flequillo recuerda usar un cepillo redondo y utilizar la opción de calor más baja, puesto que el cabello corto puede quemarse con mayor facilidad. Coloca el cepillo bajo el flequillo y apunta la boquilla desde la raíz hacia abajo lentamente y en la dirección en la que queremos que caiga sin acercar el secador demasiado.
El acabado perfecto
En función del tipo de cabello que tengas y, del efecto que quieras conseguir, puedes encontrar una amplia variedad de geles, srays o ceras. Estos productos de acabado ayudan a sellar la cutícula favoreciendo un resultado brillante y suave. Recuerda utilizar una pequeña cantidad y aplicarla equitativamente por todo el cabello.
Y ahora sí que sí, ya tienes en tu poder los consejos adecuados para ser tu mejor peluquera y lucir una melena… ¡de película!
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Gracias por los consejos los pondré en practica con mi secador de pelo Karmin.