Las mujeres a medida que envejecemos nuestra piel se vuelve diferente y parece que se destensa, algo que ocurre tanto en la cara como en el cuerpo. La flacidez se puede definir como una falta de tono en la piel. Muchas mujeres cuando empiezan a tener la piel más flácida, empiezan a sentir su piel más blanda y se dan cuenta que aparecen bolsas en los párpados, exceso de piel en la línea de la mandíbula y del cuello, etc.
La piel flácida es muy molesto para muchas mujeres ya que les recuerda que están envejeciendo. Muchas mujeres se sienten menos atractivas por culpa del envejecimiento de la piel, pero vale la pena recordar que es una consecuencia natural de la vida y hay que aceptarlo de buena forma para poder mantener la felicidad. Y es que para estar siempre guapas y atractivas no es una cuestión de piel sino de actitud, si tú te sientes bien por dentro por fuera dará igual cómo tengas la piel.
Las mujeres a partir de los 25 años empezamos a producir menos fibras elásticas, menos tejido subcutáneo y también menos colágeno, lo que poco a poco dará un resultado de que la piel tenga un aspecto menos joven y menos tenso.
A lo largo de los años la producción de colágeno disminuye y por eso empezará un adelgazamiento natural de la piel por lo que con esta reabsorción de los huesos de la cara y de la pérdida o desplazamiento de grasa que antes sostenían la piel de la cara, hará que la piel se vuelva flácida. Lo que ocurre es que tenemos la sensación de que la piel se cae o que pierde todo su apoyo.
Pero además existen algunos factores que empeoran el proceso natural de envejecimiento y por tanto pueden llegar antes los signos de flacidez en la piel. Por ejemplo, algunos malos hábitos que podrían hacer que tu piel se viera perjudicada sería:
- Fumar
- Demasiada exposición al sol
- No usar protección solar
- Una mala alimentación
- Tomar demasiados alimentos con azúcar o demasiado pocos con vitamina C y proteínas (que son esenciales para la producción de colágeno)
- Los factores genéticos
- Pérdida de peso rápido
La piel flácida no sólo implica tener la piel poco tensada, sino también los músculos. Otros factores que contribuyen a que exista flacidez de la piel son: la edad de la persona, la tendencia genética a la pérdida de elasticidad, la calidad de la sangre y factores externos como el sol, el tabaco, una vida sedentaria, etc.
Es importante tener un buen cuidado de la piel e hidratarla constantemente desde bien temprana edad para que no se deteriore fácilmente. Además adoptar el hábito de usar siempre protección solar es una buena idea para poder proteger la piel de los daños que puede ocasionar el sol.
Además poder tener unos buenos hábitos de higiene, utilizar remedios caseros para mejorar el aspecto de la piel, tener unos hábitos de vida saludables y una alimentación que incluyan alimentos que te ayuden a cuidar tu piel desde dentro, son algunos ejemplos para tener la piel saludable.