
Por regla general, nuestra rutina de belleza básica y diaria se compone principalmente de leche limpiadora o gel limpiador, que aporta limpieza y frescura a la cara; tónico o agua micelar, que calma, limpia y aporta tersura a la piel; y por último (a excepción de aquellas chicas que también usan contorno de ojos), crema o gel hidratante, que, como su propio nombre indica, aporta hidratación, suavidad y firmeza a la piel a la vez que la nutre.
Sin embargo, a veces nuestra piel necesita un cuidado adicional, especialmente cuando se acumulan las células muertas, se experimenta sensibilidad o simplemente cuando queremos potenciar su bienestar y luminosidad. En este contexto, es fundamental añadir ciertos pasos específicos en nuestra rutina una o dos veces por semana.
Exfoliante facial: Renovación y suavidad
Uno de los elementos esenciales para mantener una piel sana y radiante es el exfoliante facial. Este producto se caracteriza por su textura más espesa que una leche limpiadora convencional y pequeños gránulos que eliminan las células muertas de la piel. El resultado es una piel más suave, uniforme y receptiva a otros tratamientos.
Para usarlo correctamente, aplícalo tanto en la cara como en el cuello, evitando el contorno de los ojos. Masajea con movimientos circulares suaves, haciendo especial énfasis en zonas como la frente, la nariz y la barbilla donde se acumulan más impurezas. Tras unos minutos, retíralo con agua tibia y una esponja. De esta manera, notarás una piel fresca y revitalizada.
La frecuencia recomendada de uso suele ser una vez cada dos semanas para pieles sensibles o secas, y hasta una vez por semana si tienes piel grasa. Si buscas una recomendación concreta, el ‘Exfoliante afrutado con hueso de albaricoque’ de Yves Rocher es una excelente opción. Su aroma agradable y su fórmula respetuosa dejarán tu piel increíblemente suave.
Mascarillas faciales: El plus que tu piel necesita
Las mascarillas faciales son ideales cuando nuestra piel necesita un refuerzo adicional. Existen múltiples variedades para diferentes necesidades: hidratación, reducción de poros, eliminación de manchas, efecto antiedad, entre otras. El secreto está en elegir la más adecuada para tu tipo de piel.
Es importante aplicar la mascarilla sobre una piel perfectamente limpia, preferiblemente después de haber usado el exfoliante. Evita las áreas de los ojos y labios, y déjala actuar durante el tiempo indicado, que generalmente oscila entre 15 y 30 minutos. Tras retirarla con agua tibia, notarás tu piel más luminosa y suave. Este paso es perfecto para integrarlo en tu rutina semanal.
Además, puedes potenciar los efectos de las mascarillas con ingredientes naturales como el ácido hialurónico, que proporciona una hidratación profunda, o el extracto de frutas, conocido por su efecto antioxidante.
Sérums faciales: Concentrado de juventud
El sérum facial es un tratamiento concentrado diseñado para potenciar la salud de nuestra piel. Su textura ligera permite que los activos penetren en las capas más profundas, proporcionando resultados visibles en menos tiempo. Se aplica después de la limpieza y antes de la hidratación, maximizando los efectos de los demás productos.
Los sérums son ideales para tratar problemas específicos como líneas finas, deshidratación o manchas. Úsalo por la mañana y/o noche, dependiendo de tus necesidades. Algunos contienen antioxidantes como la vitamina C, ideal para proteger tu piel de los radicales libres, mientras que otros están formulados con retinol, que estimula la producción de colágeno.
No olvides complementar tu rutina con productos específicos para áreas sensibles. Revisa nuestra guía para el cuidado de labios y asegúrate de que toda tu piel reciba el máximo de mimos.
Hidratación y protección diaria
La hidratación es el pilar fundamental para una piel sana. Es crucial aplicar una crema hidratante adaptada a tu tipo de piel tanto por la mañana como por la noche. Durante el día, opta por una crema con protector solar para proteger tu rostro de los efectos nocivos de los rayos UV.
La noche es el momento ideal para usar cremas más nutritivas o fórmulas antiedad. Este es el periodo en que nuestra piel se regenera, aprovechando al máximo los activos de las cremas nocturnas.
No subestimes la importancia de limpiar a profundidad antes de hidratar. Aprende más sobre la limpieza facial en nuestro artículo Consejos de limpieza facial para el otoño.
Cuidar nuestra piel es una inversión en bienestar y salud. Una piel bien cuidada refleja vitalidad y nos hace sentir más seguras. Ya sea mediante exfoliantes, mascarillas, sérums o hidratantes, cada paso cuenta para que nuestra piel luzca sana y luminosa. Descubre más consejos sobre cuidado facial en nuestros artículos relacionados y disfruta de una piel radiante todos los días.


