Lo cierto es que ya no es solamente una costumbre. El vicio de morderse las uñas puede ir a más y convertirse en ese hábito que conocemos como Onicofagia. Aunque a priori puede ser algo inofensivo, lo cierto es que poco a poco puede traer consigo problemas mucho más graves.
De ahí que hoy intentaremos analizarlo un poco más y como no, también daremos los mejores consejos para intentar superar un vicio como este. Claro que por si fuera poco, no está de más el mencionar todo lo que puede provocar el vicio de morderse las uñas. ¿Quieres saber mucho más?
El origen del vicio de morderse las uñas
Sin duda, pueden ser muchas las causas del origen del vicio de morderse las uñas. En ocasiones se ha hablado que ya en el vientre materno el bebé puede comenzar con este hábito. Sobre todo cuando es la propia madre la que está pasando por un momento complicado y su tensión se dispara más de la cuenta. Los estudios arrojan datos bastante preocupantes, ya que casi la mitad de los jóvenes menores de 18 años, se muerden las uñas. Pero es que los mayores de 30 también siguen mordiéndoselas, aunque en un porcentaje un tanto menor.
Causas de morderse las uñas
Las causas pueden ser variadas pero suelen estar asociadas con el origen psicológico. Por un lado, un estado de nerviosismo o de ansiedad, puede generar que nos dé por un vicio como este. Quizás por culpa del estrés diario, debido al ritmo de vida, también hará que necesitemos calmarnos de una manera u otra. Los cambios drásticos en la vida de una persona también puede ser otra de las causas. Se dice que también la baja autoestima o la timidez pueden impulsarlo. Por todo ello, en ocasiones se dice que puede hacer una inestabilidad psicológica tras del vicio de morderse las uñas.
Consecuencias de este hábito
Una de las peores consecuencias, es el deterioro de la uña en sí, creando una serie de heridas y de la formación de padrastros. Si el vicio de morderse las uñas ya comienza siendo niños, también las encías pueden dañarse y al mismo tiempo se puede originar un desplazamiento de los dientes. Sin olvidarnos mencionar que debido a las bacterias que pueden pasar de las uñas a la boca, también se puede producir algunas infecciones.
Consejos para poder dejar el vicio
Lo cierto es que las soluciones no son tan sencillas como pueden parecer. Pero en primer lugar, para intentar solventarlo, lo mejor es intentar pensar el origen del mismo. Ya que quizás sea alguno de los que hemos mencionado. Cuando se trata de algo más puntual, sin duda, tendremos que trabajar en ello. Si el estrés viene por nuestro día a día o por un problema de autoestima. Como bien decimos, no es algo fácil, pero se trabaja cada día en ello, se buscan alternativas y ayuda, siempre se van a conseguir ciertos cambios.
Por otro lado, puedes recurrir a una serie de opciones más prácticas, que sin duda, también son gran ayuda para nuestro día a día:
- Esmaltes especiales: Hay una serie de esmaltes, que podrás comprar en la farmacia, y que cuentan con unos sabores amargos. Sin duda, es una prueba de fuego, pero se te quitarán las ganas.
- Intenta mantener tus manos ocupadas. Cuando tengas la necesidad, opta por apretar algún objeto como una pelota antiestrés.
- A algunas personas también les funciona el masticar chicle. Claro que siempre es mejor que sea sin azúcar para evitar también dañar los dientes con él.
- Reduce todos los alimentos que te provocan más nerviosismo como puede ser el café o demás estimulantes.
A cada persona le conviene más uno que otro y desde luego, insistimos en que realmente no es un paso sencillo de dar, pero tampoco imposible.