Perder peso nunca suele ser algo fácil, al menos para la mayoría de las personas. Algo que además se vuelve más complejo cuando va pasando el tiempo. Cuando se es joven el cuerpo es más activo, se quema grasa con más facilidad y con algunos cambios se pueden perder esos kilos de más con relativa facilidad. Pero pasados los 4o eso se vuelve toda una quimera, especialmente para el género femenino.
Las hormonas no ayudan en la regulación del peso, es más, son un enemigo de la báscula. Además, el metabolismo se ralentiza y la grasa se acumula con mayor facilidad en esas zonas que más nos molestan. El abdomen, los muslos o las caderas son los principales afectados por la grasa al pasar los 40, y por si fuera poco, de donde más cuesta eliminarla.
Perder peso pasados los 40
Que sea difícil no significa que sea imposible y que una se permita dejarse, abandonarse y rendirse al hecho de que perder peso es más complicado. Y ya no es solo una cuestión estética, es que el exceso de peso corporal es un factor de riesgo frente a todo tipo de enfermedades. Por ello, es muy importante elegir una vida sana y los hábitos de vida saludable que te permitan disfrutar del paso de los años con una buena salud. Si necesitas algo de ayuda para perder peso y te está resultando difícil porque ya pasas los 40, te dejamos algunos consejos que sin duda te ayudarán.
Ejercicio cardiovascular todos los días
El cardio hace que el metabolismo se acelere fácilmente, con lo que necesita utilizar la grasa acumulada para obtener energía. De esta forma, con caminar o correr cada día durante al menos 30 minutos a buen ritmo, podrás perder peso de forma saludable, además de fortalecer y definir tu cuerpo. Ahora bien, de nada sirve matarte a caminar un día a la semana. Es fundamental que el cardio sea una actividad del día a día y cuanto más tiempo lo realices, mucho mejor.
Alimentos ricos en fibra cada día
Para mantener el apetito a raya es importante consumir cada día alimentos ricos en fibra, que se tardan más en masticar y además tienen mayor volumen por lo que te sientes saciada por mucho más tiempo. De esta forma controlas el apetito durante varias horas, evitando el picoteo poco saludable. Además, las fibras te ayudan a tener un buen tránsito intestinal y evitar la inflamación abdominal.
Entrenamientos de fuerza
A partir de los 30 años los músculos empiezan a perder masa, lo que ralentiza aún más el metabolismo. Por lo tanto, es fundamental aumentar la masa muscular para mejorar la pérdida de grasa. Para ello, debes realizar ejercicios de fuerza al menos 2 o 3 veces a la semana. Puedes usar mancuernas, bandas elásticas o elegir actividades tan completas y recomendables como el pilates.
Incrementa el consumo de proteínas
Si quieres perder peso debes aumentar la ingesta de proteínas. Este tipo de nutrientes favorece el control del apetito, porque la sensación de saciedad es más duradera que la que proporciona otros alimentos, como los carbohidratos. Por otra parte, las proteínas aceleran el metabolismo y de esta forma tu cuerpo quema las grasas de una forma más efectiva. En definitiva, las proteínas son tus aliadas si quieres perder peso después de los 40.
Guerra contra el azúcar
El azúcar es malo para la salud por muchos motivos, pero en cuestión en el que nos ocupa, más aún. Como consecuencia de los cambios hormonales, el azúcar se almacena en forma de grasa. Por ello, si quieres perder peso o evitar cogerlo, debes eliminar el azúcar de tu dieta, así como todos aquellos productos que la esconden entre sus ingredientes.
Perder peso después de los 40 es cuestión de constancia
No hay fórmula mágica para perder peso, ni después de los 40 ni en ninguna otra etapa de la vida. Lo que sí existe es la constancia y la fuerza de voluntad. De nada sirve hacer ejercicio de forma ocasional, como tampoco sirve llevar una dieta estricta algunos días, para después atiborrarse el fin de semana. En el equilibrio está la clave, y en este caso se trata de comer bien, hacer ejercicio y eliminar todo aquello que no te beneficia. Así, podrás perder peso pasados los 40 y tener un cuerpo bien sano y fuerte.