Cuando viajamos, especialmente a lugares con climas diferentes, nuestra piel enfrenta nuevos desafíos. Puede aparecer más seca de lo habitual, más opaca o incluso con brotes inesperados. Estos cambios se deben a la combinación de factores como el aire seco de los aviones, la exposición prolongada al sol o los cambios en la dieta y rutina. A continuación, compartimos los mejores consejos para garantizar que tu piel luzca radiante durante el viaje y no sufra estragos.
Preparación de la piel antes del viaje
La preparación anticipada es fundamental para minimizar los efectos negativos de los cambios ambientales en la piel. Días antes de partir, innova y fortalece tu rutina de cuidado facial con estos pasos:
- Exfoliación: Realiza una exfoliación uno o dos días antes de viajar. Ayudará a eliminar las células muertas, renovar la piel y potenciar la absorción de productos hidratantes. Recuerda optar por exfoliantes suaves para evitar irritaciones innecesarias, especialmente si tienes piel sensible. Los exfoliantes naturales como el de arcilla verde son una excelente opción.
- Mascarillas hidratantes: Las mascarillas con ácido hialurónico o niacinamida son perfectas para rehidratar intensamente la piel. Aplicarlas la noche anterior al vuelo ayudará a retener la humedad durante el trayecto.
- Sérum reparador: Incluye un sérum antioxidante en tu rutina. Estos productos ayudan a combatir el estrés oxidativo y reforzar la barrera natural de la piel.
Ropa cómoda para un viaje sin contratiempos
No solo la piel requiere cuidados. La circulación también juega un papel importante durante los viajes largos. Llevar ropa holgada y cómoda, junto con un cojín cervical, no solo garantiza un trayecto más placentero, sino que previene problemas como el rostro congestionado causado por la mala circulación.
Evitar el maquillaje durante el trayecto
En el avión, la baja humedad y la presión en cabina crean un entorno árido que puede intensificar la resequedad. El maquillaje pesado puede agravar el problema al obstruir los poros y disminuir la capacidad de respiración de la piel. Opta por fórmulas ligeras como BB Creams o viaja con el rostro limpio para permitir que la piel respire y se regenere.
Un imprescindible: el spray de agua termal
Uno de los trucos más eficaces para mantener tu rostro fresco y luminoso durante el vuelo es usar un spray de agua termal. Este producto no solo hidrata, sino que calma la piel y la protege de los efectos del aire seco en cabina. Pulveriza ligeramente tu rostro cada hora para mantener la piel humectada y revitalizada.
La importancia de mantenerse hidratado
La hidratación interna es tan crucial como la externa. Durante el viaje, se recomienda beber al menos un vaso de agua por cada hora de vuelo. Esto contrarresta la deshidratación y ayuda a mantener la piel elástica. Evita las bebidas alcohólicas y gaseosas, ya que pueden contribuir a la pérdida de hidratación.
Tu kit de belleza en el avión
No necesitas llevar todo tu arsenal de productos. Un kit compacto y funcional es suficiente para mantener tu piel en perfecto estado durante el viaje. Incluye:
- Hidratante facial en formato pequeño.
- Spray de agua termal.
- Labial con ingredientes nutritivos como manteca de karité.
- Parches de hidrogel para los ojos.
Asegúrate de que tus productos sean compatibles con las restricciones de líquidos para el equipaje de mano (máximo 100 ml por envase).
Después del viaje: revitaliza tu piel
Una vez llegues a tu destino, no descuides tu rutina. La piel puede estar opaca o con signos de fatiga. Aquí hay algunos pasos imprescindibles:
- Limpieza: Usa un limpiador facial suave, como el jabón de glicerina, para eliminar impurezas acumuladas.
- Mascarilla calmante: Aplica una mascarilla rica en ingredientes antioxidantes para reparar los daños del viaje.
- Hidratación intensa: Aplica una crema con ácido hialurónico o céramidas para restaurar la elasticidad de la piel.
Presta especial atención a los labios y contorno de ojos, ya que estas zonas son más vulnerables a los efectos de la sequedad.
Adapta tu rutina al clima de tu destino
Cada clima requiere cuidados específicos. En climas secos, prioriza hidratantes ricos y mascarillas nutritivas. En climas húmedos, opta por productos ligeros y no comedogénicos. Y si tu destino es frío, protege tu piel con bálsamos intensivos y cremas más densas.
Viajar no significa descuidar tu piel. Con estos consejos, puedes garantizar que tu rostro se mantenga radiante sin importar el destino ni la duración del trayecto.