Si la piel de tu rostro tiende a engrasarse enseguida, con brillos sobre todo en la zona T, frente, nariz y barbilla, notas que su textura es algo áspera y que tienes los poros muy abiertos e incluso puntos negros y una clara tendencia al acné, ésto quiere decir que tienes un cutis graso.
Sin embargo, aunque pueda ser difícil de creer, tener un cutis graso tiene sus ventajas. Por ejemplo, la piel grasa permanece joven más tiempo que otro tipo de pieles. Debido a su grosor y elasticidad, hace que la aparición de arrugas sea más tardía. Y lo mismo pasa con su exposición al sol, que es mucho menos dañina que para otros tipos de cutis.
Además, éste tipo de piel es mucho más fácil de cuidar que una piel seca o sensible, así que, en realidad, eres afortunada de poseerla. Hoy te ofrecemos algunas soluciones caseras para que tu cutis luzca más sano y bonito con mucha facilidad. Ya verás cómo si tratas tu piel de la manera apropiada, pronto dejará de ser un problema para ti.
Exfoliantes
Lo primero que debes tener en cuenta, es que un cutis graso tiende a atraer impurezas e incluso bacterias con mucha facilidad, es por esto que las personas con este tipo de piel suelen tener también acné. Para evitar esto en la medida de lo posible, es aconsejable que laves tu rostro dos veces al día con jabón de glicerina y te aclares con agua fría para cerrar los poros. Para un resultado más contundente, prueba con alguno de los exfoliantes caseros que te proponemos a continuación:
- Bicarbonato sódico – Es alcalino y ayuda a eliminar el exceso de cebo y la suciedad del rostro, además desincrusta los poros y previene la aparición del acné. Mezcla un cucharada de bicarbonato con unas gotitas de agua y de algún aceite esencial o incluso aceite de oliva. Debe quedarte una textura pastosa, con ello, masajea tu rostro, exfoliándolo poco a poco y aclara con agua tibia. Puedes hacerlo dos o tres veces por semana.
- Maicena – Éste es otro remedio natural ideal para eliminar el exceso de grasa del rostro. Para prepararlo, mezcla una o dos cucharadas con agua hasta formar una pasta y aplícatelo con un masaje. Déjalo secar y aclara con agua tibia. Puedes hacerlo todos los días.
Mascarillas
Para un cuidado más completo, es muy recomendable que te hagas una mascarilla una vez a la semana, a parte de exfoliar tu piel. De esta manera mantendrás el exceso de grasa de tu cutis completamente a raya. Éstas mascarillas que te ofrecemos son totalmente naturales y además muy económicas:
- Manzana y avena – Las manzanas son ricas en ácido málico y tartárico, que ayudan a eliminar células muertas y la avena tiene poderosas propiedades nutritivas e hidratantes y es especialmente buena para las pieles atópicas. Mezcla media manzana hecha puré con media taza de avena, añade una clara de huevo y un chorrito de limón. Aplica la mascarilla y deja actuar 15 minutos y aclara con agua fría.
- Huevo – La clara de huevo tiene un gran poder astringente, al igual que el limón, y esto es muy bueno para las pieles grasas. Bate una clara de huevo a punto de nieve y añádele unas gotas de limón. Aplícalo sobre tu cara y deja que se seque antes de aclararlo con agua fría.
- Miel y limón – La miel es un potente bactericida natural, junto al efecto astringente del limón, es otro remedio muy eficaz para el cutis graso. Prepáralo mezclando el jugo de dos limones con dos cucharadas soperas de miel, aplícalo sobre el rostro y deja actuar 15 minutos. Aclara con agua tibia.
Precauciones
Aunque todos los productos mencionados son naturales y muy conocidos, debes estar segura de no ser alérgica a ninguno de ellos antes de proceder a su aplicación. Además, estos tratamientos están pensados para una piel grasa sana, es decir, una de tipo genético. Si tu piel se ha vuelto grasa recientemente, pude que sea debido a cambios hormonales o algún otro problema. En este caso lo mejor es que acudas a un dermatólogo.