La tortilla de patatas con cebolla y calabacín es una receta que destaca por su sabor y versatilidad, convirtiéndose en un clásico imprescindible en la cocina. Su textura jugosa y su combinación de ingredientes la convierten en una opción ideal para compartir con amigos o familiares, ya sea en una cena improvisada, un picnic o incluso como parte de un menú semanal saludable.
Uno de los secretos para lograr el éxito en esta receta radica en el corte fino y uniforme de las verduras. Cuando las patatas, la cebolla y el calabacín se preparan correctamente, todo se cocina de manera uniforme, ahorrando tiempo y garantizando un resultado delicioso. Esta técnica también permite que los sabores se integren mejor, creando una tortilla equilibrada en cada bocado.
¿Por qué añadir calabacín a tu tortilla?
El calabacín no solo aporta un toque de jugosidad extra a la tortilla de patatas, sino que también enriquece el plato con su perfil nutricional. Este vegetal es bajo en calorías, rico en agua y una fuente excelente de vitaminas como la A, C y K, además de minerales esenciales como el magnesio y el potasio. Esto convierte a esta versión de tortilla en una alternativa más ligera y saludable que la receta tradicional.
Otra ventaja del calabacín es su versatilidad. Puedes optar por incluirlo con su piel para añadir color y textura, o pelarlo si prefieres una presentación más uniforme. Esta opción es especialmente útil si cocinas para niños o personas que tienen aversión a los ingredientes «verdes».
Ingredientes para 4 personas
- 1 cebolla grande
- 2 patatas medianas
- 1 calabacín pequeño
- 5 huevos L
- Un chorrito de leche
- Sal al gusto
- Pimienta negra al gusto
- Aceite de oliva virgen extra
Pasos detallados para preparar la tortilla
- Preparación de los ingredientes: Pela la cebolla y córtala en juliana fina. Luego, pela las patatas y córtalas en rodajas finas e irregulares para garantizar una cocción uniforme. Lava el calabacín y córtalo en rodajas muy finas, dividiéndolas en mitades o cuartos según el tamaño del vegetal.
- Cocción de las verduras: En una sartén grande, calienta una buena cantidad de aceite de oliva a fuego medio. Añade las verduras y salpimenta al gusto. Cocina todo junto durante unos 20 minutos, removiendo ocasionalmente hasta que las verduras estén tiernas. Si prefieres una textura un poco más dorada, puedes subir el fuego durante los últimos minutos.
- Batir los huevos: En un bol grande, bate los huevos junto con un chorrito de leche, una pizca de sal y pimienta. Esto ayudará a conseguir una tortilla más esponjosa.
- Montar la tortilla: Una vez que las verduras estén listas, escúrrelas bien para eliminar el exceso de aceite e incorpóralas a la mezcla de huevos batidos. Remueve suavemente para que los ingredientes queden bien integrados.
- Cocinar la tortilla: En la misma sartén, calienta un poco de aceite y vierte la mezcla de huevos y verduras. Cocina a fuego medio-bajo hasta que la tortilla se cuaje por un lado. Luego, con la ayuda de un plato o una tapadera, dale la vuelta con cuidado y cocina el otro lado durante unos minutos más.
- Presentación: Sirve la tortilla caliente, templada o incluso fría, acompañándola con una ensalada fresca, pan tumaca o como tapa en una reunión.
Consejos para perfeccionar la receta
- Elige los ingredientes frescos: Utilizar patatas, cebollas y calabacines frescos marcará la diferencia en el sabor de la tortilla.
- Varía la receta: Puedes añadir ajo si buscas un toque más intenso o incluso experimentar con otras verduras como espinacas o champiñones.
- Cuaja la tortilla a tu gusto: Si te gusta más líquida en el centro, reduce el tiempo de cocción. Por el contrario, si prefieres una tortilla bien hecha, prolonga la cocción unos minutos más.
Preparar esta receta no solo es sencillo, sino que también brinda la oportunidad de personalizarla según tus preferencias. Tanto si eres fanático de las tortillas jugosas como de las más cuajadas, esta versión con calabacín y cebolla siempre triunfa en la mesa.