La luz artificial es uno de esos inventos que hace la vida más fácil a cualquier ser humano. Sin embargo, al igual que otros muchos inventos de los dos últimos siglos, supone un importante impacto en el medio ambiente. Existen estudios que certifican que la contaminación lumínica afecta a diferentes especies de seres vivos, así como a los ecosistemas diversos.
Para luchar por la preservación del planeta es fundamental que todas las personas sean conscientes del cómo, el qué y el por qué. De lo contrario, seguiremos derrochando recursos naturales, contaminando las aguas, generando una huella ecológica que quizá, sea irremediable. Descubre cómo la luz artificial puede dañar el medio ambiente y cuál es la mejor manera de evitarlo, te lo contamos a continuación.
Cuáles son los tipos de luz artificial que existen
La luz artificial es aquella fuente de luz que está creada por el ser humano. Es decir, la luz que no es natural, la que proviene generalmente de las bombillas o las lámparas. Estos aparatos que proporcionan luz, habitualmente a través de la conexión con la red eléctrica. Es necesaria, es un invento que ayuda a mejorar la vida y las condiciones de vida del ser humano. Sin embargo, un mal uso de la luz artificial puede causar graves daños en el medio ambiente.
¿Cómo se produce la contaminación lumínica?
Más que a través de la composición de las propias bombillas, que también pueden ser perjudiciales para el medio ambiente pero mediante su deshecho y descomposición, la luz artificial puede ser muy contaminante como consecuencia del mal uso que se hace de ella. Toda la luz que se obtiene de forma artificial y no se aprovecha, se dispersa hacia el cielo.
La contaminación lumínica puede producirse por tres vías, por las cuales la luz artificial llega al cielo provocando que este tenga más brillo, sea más naranja y cada vez se puedan apreciar menos las estrellas. Estas tres formas son, a través de la refracción, que son partículas de luz que quedan en el aire. Por el reflejo de las superficies iluminadas y directamente desde los propios elementos de luz artificial. Este último caso es el más contaminante y el más peligroso para el medio ambiente, ya que se produce en grandes superficies muy iluminadas como aeropuertos o espacios deportivos entre otros.
Consejos para prevenir desde casa
La única manera de luchar contra la contaminación en todos los sentidos es la consciencia individual de cada uno. En casa podemos hacer grandes diferencias, con tan solo cambiar o modificar algunas costumbres ligeramente. Si basamos el estilo de vida en el ecologismo, podremos ayudar a mejorar la salud del planeta, o al menos, a no perjudicarlo aún más.
En el caso concreto de la contaminación lumínica por fuentes de luz artificial, la manera de luchar contra ello es adoptando un estilo de vida de ahorro energético. Por ejemplo, en casa en lugar de utilizar grandes lámparas para iluminar pequeños espacios, utiliza lámparas de luz directa y regulable. Con ello podrás ahorrar energía también, porque la necesidad energética y lumínica será inferior y podrás aprovecharla mucho mejor.
También se pueden utilizar aparatos de luz que se puedan regular, de forma que podrás aumentar o reducir la intensidad de la luz en función de las necesidades del momento. Utiliza solo estas fuentes de luz cuando sea necesario, porque así podrás reducir el impacto sobre el medio ambiente, también estarás ahorrando energía y todo ello lo notarás en tu bolsillo. Ya que al reducir el consumo energético, la factura de la luz será menor y teniendo en cuenta el precio de la energía, no hay mayor motivación para adoptar un estilo de vida ecológico en todos los sentidos.
Evitar el derroche y el desperdicio es la mejor manera de generar un impacto terrible en el medio ambiente. Todos los recursos que se utilizan para crear los productos que facilitan la vida de todos, causan una huella ecológica que en un futuro no muy lejano puede tener consecuencias muy negativas. Contribuye a una vida más ecológica para que la vida sea mejor, más saludable y duradera para todos.