Tanto si eres un experto en la cocina como si no, ya no tienes excusas para disfrutar de un rico postre hecho por ti y sorprender a quién más quieras. El secreto de elaboración reside en el limón, haciendo un efecto cuajante, lo que hará que no necesites calentar nada.
Ingredientes:
Para la tarta:
- 250 gr. de queso crema (para untar).
- 125 ml. de nata líquida.
- 375 gr. de leche condensada.
- El zumo de 1 limón.
Para la base:
- 200 gr. de galletas maría.
- 60 gr. de mantequilla.
Preparación de la tarta de queso de limón:
En primer lugar, prepararemos la base. Para ello, tenemos que machacar o triturar la las galletas hasta que se hagan polvo. Para machacarlas, las meteremos en una bolsa de plástico y le podemos pasar un rodillo por encima o golpearlas. En cambio, si decidimos triturarlas, sólo necesitaremos una picadora, la cuál se encargará de todo.
Añadimos la mantequilla al polvo de galletas, que deberá estar templada y blanda. Amasamos hasta conseguir una una pasta espesa. Ponemos esta pasta en el fondo del molde, donde vamos a preparar el pastel. La distribuimos bien, asegurándonos de cubrir toda la base y de que quede uniforme. Introducimos el molde en el frigorífico para que se endurezca mientras vamos preparando el resto de la tarta.
En un bol grande, agregamos el queso crema, la nata y la leche condensada. Con la ayuda de unas varillas mezclamos estos tres ingredientes. Vamos añadiendo ahora el zumo de limón poco a poco mientras seguimos batiendo. Notaremos que la mezcla irá espesando gracias al ácido del zumo. Cuando tome una consistencia cremosa y compacta, ya estará lista. Vertemos la crema en el molde, sobre la base de galletas y la dejamos enfriar de nuevo en el frigorífico unas dos o tres horas.
Transcurrido el tiempo para que cuaje bien, podemos decorarla por encima con una mermelada. Por ejemplo, le quedará genial una mermelada de arándanos, frambuesas, fresas o la que más nos guste. También se puede servir con nata montada o helado.
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