En pleno siglo XXI, los diferentes alimentos están expuestos a infinidad de contaminantes de toda clase. Uno de los problemas que son menos visibles pero que pueden suponer cierto riesgo para la salud, es la presencia de óxidos metálicos en los alimentos. Los mismos se forman cuando los metales reaccionan con el oxígeno, llegando a los alimentos de diversas maneras, con el peligro que ello supone para la salud.
En el siguiente artículo vamos a contarte qué es lo que pasa con el óxido de metal en los alimentos y cuáles son sus efectos para el organismo.
¿Qué son los óxidos metálicos?
Los óxidos metálicos son compuestos químicos que se forman por la reacción de un metal con oxígeno. Los compuestos más comunes son los siguientes:
- El hierro se oxida y forma el óxido férrico.
- El aluminio se oxida y da lugar a una capa de óxido de aluminio.
- El cobre puede oxidarse y formar óxidos de cobre.
¿Cómo llegan los óxidos metálicos a los alimentos?
Los óxidos metálicos pueden contaminar los alimentos debido a diferentes formas:
Utensilios de cocina
Los utensilios de cocina que entran en contacto con los alimentos como es el caso de las ollas o sartenes pueden corroerse y liberar óxidos metálicos. De esta manera por ejemplo, el hierro que no está recubierto puede llegar a oxidarse en condiciones húmedas y ácidas.
Envases metálicos
Los envases metálicos suelen usarse mucho en la industria alimentaria. Si no están bien recubiertos, los ácidos presentes en los alimentos pueden llegar a atacar el metal y provocar la formación de óxidos que terminan en los alimentos.
Contaminación ambiental
Los cultivos pueden contaminarse debido a la presencia de partículas metálicas que provienen del suelo, agua o aire. Las actividades industriales o el riego con aguas contaminadas pueden dejar restos de metales que con el tiempo se oxidan.
Procesos térmicos
Si se cocinan los alimentos a altas temperaturas en superficies metálicas, pueden llegar a generarse reacciones entre el metal y el oxígeno, dando lugar a la formación de óxidos en los alimentos.
Qué comportamiento tienen los óxidos metálicos en los alimentos
Solubilidad y biodisponibilidad
El auténtico peligro de un óxido metálico va a depender en gran medida de su solubilidad. De esta manera, mientras que el óxido de hierro es insoluble, el óxido de cobre, puede llegar a disolverse en el estómago debido a los jugos gástricos.
Reacciones químicas
Los óxidos metálicos pueden tener cierta implicación en reacciones de oxidación-reducción que llegan a afectar la calidad del alimento o alteran el color y sabor.
Estabilidad térmica
Algunos óxidos aguantan bien calor y no se descomponen fácilmente durante el cocinado. Otros por el contrario, pueden llegar a descomponerse y causar ciertos problemas.
Riesgos de los óxidos metálicos para la salud
Los principales riesgos para la salud de los óxidos metálicos son los siguientes:
Toxicidad aguda o crónica
- Óxido de plomo: es muy tóxico y puede afectar el sistema nervioso.
- Óxidos de cadmio: están relacionados con el daño renal y con efectos carcinogénicos.
- Óxidos de hierro: no son demasiado tóxicos aunque a largo plazo puede causar ciertos problemas.
- Óxido de zinc: en exceso puede dar lugar a nauseas o vómitos.
Acumulación en órganos
Algunos óxidos metálicos pueden acumularse en órganos como el hígado o los riñones y causar grandes daños con el paso del tiempo. Metales pesados como el plomo y mercurio suelen acumularse en dichas zonas del organismo.
Interferencia en los nutrientes
Los óxidos metálicos pueden llegar a interferir en la absorción de nutrientes esenciales. De esta manera, un exceso de hierro puede dificultar la absorción de zinc y cobre.
Efectos sobre la calidad del alimento
Además del riesgo para la salud, la presencia de óxidos metálicos puede tener una incidencia negativa en la calidad de los alimentos.
Cambios de color
Muchos óxidos tienen una serie de colores que pueden provocar que los alimentos adquieran cierta apariencia poco apetecible para consumir.
Cambio en el sabor
El hierro y el cobre pueden llegar a alterar el sabor de los alimentos.
Reducción de la vida de los alimentos
Los óxidos metálicos pueden reducir la vida de los alimentos, sobre todo en el caso de los que son altos en grasas como las salsas o las carnes procesadas.
Normas controladoras y reguladoras
- La industria alimentaria debe usar aceros inoxidables de grado alimenticio para evitar la formación de óxidos.
- Los recubrimientos en envases metálicos son claves a la hora de evitar el contacto directo entre el alimento y el metal. Dichos recubrimientos deben estar libres de sustancias nocivas.
- El control tanto de los equipos como de las superficies es clave a la hora de evitar la corrosión y la formación de óxidos.
- Es muy importante que los trabajadores de la industria alimentaria lleven ciertas prácticas de higiene, mantengan de manera adecuada los diferentes equipos y sean capaces de detectar los diferentes contaminantes metálicos.
En definitiva, la presencia de óxidos metálicos en alimentos es algo que se produce con cierta asiduidad dentro del mundo de los alimentos. Aunque algunos óxidos no suelen representar ningún tipo de riesgo para la salud, otros pueden tener efectos tóxicos para el organismo o degradar la calidad del alimento. Ante ello es importante seguir una serie de medidas preventivas que ayuden a evitar la formación de óxidos metálicos en los alimentos. Conocer a la perfección los diferentes contaminantes va a ayudar a proteger la salud y garantiza unos alimentos seguros y de gran calidad.