Diversos estudios han dejado probado que tener un perro en la familia aporta numerosos beneficios desde el punto de vista emocional. Para que ello ocurra debe establecerse cierta relación de confianza entre el perro y los niños. En caso contrario, el contacto del pequeño con el perro puede dar lugar a cierto riesgo que se debe tener en cuenta.
En el siguiente artículo te contamos cómo conseguir que los abrazos entre perros y niños sean lo más seguros posibles.
¿Son peligrosos los abrazos entre los niños y los perros?
La falta de conocimiento sobre el lenguaje del perro suele ser el gran causante de ciertas lesiones, que se pueden llegar a producir entre el perro de la familia y los pequeños. Son muchos los niños los que sufren mordeduras y otro tipo de lesiones por parte del perro de la casa. Este tipo de comportamiento o conducta se debe a la existencia de varios factores:
- Un exceso de confianza y una falta de miedo por parte de los niños.
- La estatura del niño y la falta de cierto peso corporal.
- Una falta de supervisión por parte del adulto.
- Poco conocimiento del lenguaje de los perros.
- Fuerte empatía hacia la figura del perro.
El peligro de los abrazos hacia el perro
Si un niño se acerca a un perro debe hacerlo de una manera pausada a la vez que tranquila. En relación a los abrazos hacia los perros, hay que seguir una serie de consejos:
- La relación de confianza hacia el perro debe ser importante.
- Debe existir cierto vínculo entre el perro y el niño.
- El perro está acostumbrado a recibir abrazos y los resultados de los mismos han sido positivos.
Cómo conseguir que el abrazo hacia el perro sea seguro
Si quieres que el abrazo de tu hijo al perro no se convierta en un riesgo para el pequeño, debes tener en cuenta una serie de aspectos importantes:
- Cada perro es diferente, por lo que habrá algunos a los que les encanta que les toquen y otros que necesitan mucho más espacio.
- Otro elemento a tener en cuenta es el contexto en el que se encuentra el perro. No es lo mismo estar rodeado de gente desconocida que el estar junto al entorno familiar.
- No hay que olvidar en ningún momento experiencias anteriores que haya tenido el perro. Si ha tenido experiencias negativas es normal que no se sienta nada cómodo con los abrazos o las caricias del pequeño. En tal caso es importante evitar tales situaciones y estar pendiente en todo momento del niño.
- Hay que tener cierta habilidad para enseñar una conducta adecuada del perro hacia el niño.
- En relación con los abrazos la interacción debe ser calmada y evitar una que sea invasiva. De la misma manera es bueno que las caricias y el acercamiento hacia el perro se haga en un momento tranquilo y relajado.
- La edad del perro es otro de los elementos a tener en cuenta, a la hora de que el abrazo sea seguro y sin peligro. No es lo mismo un cachorro que un perro en edad adulta. El comportamiento y la conducta por tanto son totalmente diferentes.
- Es importante también el conseguir una conducta de refuerzo positivo, para que los abrazos no supongan ningún tipo de riesgo para la integridad del niño.
En definitiva, a la hora de que un niño se pueda acercar al perro de la casa, debe primar la cordura y el sentido común por parte de los adultos. No se puede deja solo al niño junto al perro, por lo que la vigilancia y la supervisión deben de ser constantes. Recuerda también que los perros son animales y no juguetes, por lo que debe haber cierto respeto hacia el animal. El entorno debe ser familiar a la vez que tranquilo y relajado y nunca se debe forzar al animal a aguantar abrazos y caricias por parte de los niños.