
El solomillo de cerdo es una de las carnes más valoradas en la cocina debido a su ternura, sabor suave y versatilidad. Gracias a sus cualidades, se convierte en un lienzo perfecto para innumerables preparaciones, siendo la técnica del relleno una de las más originales y deliciosas. En esta ocasión, te contamos cómo preparar un excelente solomillo relleno de queso de cabra, tomates secos y albahaca, acompañado de una jugosa salsa que eleva la experiencia culinaria.
Este plato no solo destaca por su sabor, sino que también resulta ideal para reuniones o cenas especiales, ya que se puede dejar listo con antelación. Al enfriarse, es más fácil cortarlo en porciones, lo que asegura una presentación impecable y práctica a la hora de servir. Además, su combinación de ingredientes logra un contraste perfecto entre los sabores intensos del queso y los tomates con la frescura de la albahaca.
Ingredientes principales
- 2 solomillos de cerdo (alrededor de 300 g cada uno)
- 150-160 g de queso de cabra
- 10 tomates secos en aceite (escurridos y picados finamente)
- 2 cucharadas de albahaca seca o 8 hojas de albahaca fresca (picadas)
- 300 g de bacon ahumado (o, si lo prefieres, jamón serrano en lonchas finas)
- 1 diente de ajo
- 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 100 ml de caldo de carne
- 3 cucharadas de nata para cocinar
- Sal y pimienta al gusto
Preparación paso a paso
1. Prepara el relleno
Escurre bien los tomates secos para eliminar el exceso de aceite y pícalos finamente. En un bol, mezcla los tomates con el queso de cabra cortado en dados pequeños y la albahaca (ya sea seca o fresca). Salpimenta esta mezcla al gusto y resérvala.
2. Rellena y envuelve el solomillo
Haz un corte longitudinal en cada solomillo, procurando no atravesarlos completamente, de manera que queden abiertos como un libro. Salpimenta por dentro y por fuera.
Rellena el interior de cada solomillo con la mezcla de queso de cabra, tomates secos y albahaca. Ciérralos con cuidado y envuélvelos en lonchas de bacon o jamón serrano, asegurándolos con hilo de cocina o palillos.
3. Marca y hornea los solomillos
Precalienta el horno a 200°C.
Calienta dos cucharadas de aceite de oliva en una sartén amplia y dora un ajo hasta que suelte su aroma y tome color. Retira el ajo y marca los solomillos en la sartén por todos sus lados, asegurándote de sellar bien la carne.
Luego, transfiere los solomillos sellados a una fuente apta para horno y hornea durante 20 minutos aproximadamente a 190°C. Si los solomillos son más grandes, vigila el tiempo para evitar que queden secos.
4. Prepara la salsa
En la misma sartén donde marcaste los solomillos, mezcla los jugos que hayan quedado con el caldo de carne y la nata para cocinar. Salpimenta y deja reducir durante unos 10 minutos a fuego medio hasta que la salsa espese ligeramente.
5. Presentación del plato
Una vez horneados, deja reposar los solomillos durante unos minutos para poder cortarlos en rodajas con mayor facilidad. Sirve caliente con la salsa por encima y acompaña con guarniciones como patatas chips, una ensalada fresca o incluso unas manzanas asadas para aportar un toque dulce.
Este exquisito plato es una opción perfecta para sorprender a tus invitados. Su combinación de sabores hará de cada bocado una experiencia memorable. No dudes en probar esta receta en tus ocasiones especiales o incluso como una forma de variar tu menú semanal, ¡te encantará!