Cuando la pared delgada entre las fosas nasales que esta formada por cartílago y hueso y que recibe el nombre de Tabique, se encuentra descentrada o torcida, se presenta una condición que se le conoce como tabique desviado. Esta condición de hecho puede estar presente desde el nacimiento o puede presentarse durante el crecimiento, incluso puede ser originada como consecuencia de una lesión en la nariz o la cara.
Hay que decir que la mayoría de las personas no tiene el tabique nasal perfectamente alineado, por lo que en realidad estamos hablando de una condición bastante común. El síntoma más relacionado con el tabique desviado es la congestión nasal, con un lado de la nariz que se siente más congestionado que el otro, además de la dificultad para respirar.
Tener el tabique desviado también significa que se experimentan infecciones recurrentes, además de hemorragias nasales frecuentes, dolor facial, además de dolor de cabeza, respiración ruidosa y ronquidos durante el sueño. De hecho un tabique nasal desviado también puede provocar apnea de sueño, una condición en la cual las personas dejan de respirar durante el sueño.
Por lo que respecta a los tratamientos para el tabique desviado, es importante señalar que con frecuencia los síntomas de un tabique desviado se pueden aliviar con medicamentos, sin embargo si estos medicamentos no ofrecen un alivio adecuado, entonces puede ser necesaria una intervención quirúrgica para reparar el tabique torcido y mejorar al mismo tiempo la respiración.
Durante este procedimiento quirúrgico se realiza una pequeña incisión en el tabique y luego se procede a eliminar el exceso de cartílago que se requiere para igualar el espacio de respiración en las fosas nasales.