No lo podemos evitar, hay veces que no nos sentimos bien con nosotras mismas cuando somos madres. Hay innumerables factores que pueden desencadenar estos sentimientos: el reto constante de equilibrar la carrera profesional, la poca conciliación entre la vida laboral y familiar, la percepción de no dedicar suficiente tiempo a nuestros hijos, la falta de momentos personales para nosotras mismas, la sensación de aislamiento social, el agotamiento físico, las noches sin dormir o los cambios que experimenta nuestro cuerpo después de la maternidad.
Pero, es esencial que no te castigues por todos estos sentimientos. Nadie viene con un manual de instrucciones sobre cómo ser madre, así que lo haces lo mejor que puedes. Si en algún momento sientes que la carga es demasiado pesada, no dudes en buscar la ayuda de un profesional que pueda orientarte emocionalmente y proporcionarte herramientas para encontrar el equilibrio en tu vida familiar y personal.
Además, existen distintos recursos y hábitos saludables que pueden contribuir a mejorar significativamente tu bienestar emocional y físico. En este artículo, exploraremos los mejores secretos para mejorar tu estado emocional, reducir el cansancio y disfrutar de una maternidad más plena y armoniosa.
Secretos para sentirte mejor como madre
Di adiós a los pensamientos de culpabilidad
La culpa es un sentimiento recurrente para muchas madres, especialmente cuando intentamos dividir nuestro tiempo entre nuestras obligaciones laborales y familiares. Si tus hijos te piden que juegues con ellos, pero tienes trabajo pendiente, podrías sentirte culpable. ¿Qué puedes hacer en estos casos?
En lugar de ceder ante la culpa, explícale a tus hijos que jugarás con ellos en cuanto termines tus tareas. Y, por supuesto, cumple con ese compromiso. Así, en lugar de sentirte mal, te concentrarás en que, pronto, estarán disfrutando juntos. Verás que ellos también valoran ese momento compartido contigo.
Fomenta los pensamientos positivos
Somos lo que pensamos. Si llenas tu mente de ideas negativas, inevitablemente te sentirás peor. Una técnica efectiva consiste en detenerte, respirar profundamente varias veces y permitir que tu mente se relaje. Dedica cinco minutos a concentrarte en tu respiración para recargar energías antes de retomar tu día con pensamientos más optimistas.
Practica actividades como pilates o yoga
El yoga y el pilates no solo son excelentes para el cuerpo, sino también para la mente. Estas disciplinas fomentan la conexión entre ambas, aportándote una sensación de bienestar casi instantánea. No necesitas clases presenciales, ya que hoy en día hay innumerables recursos en línea con rutinas fáciles de seguir.
Intenta encontrar un pequeño espacio en tu día, quizá antes de que los niños se levanten o antes de acostarte, para dedicarte unos minutos. Este momento personal puede marcar una gran diferencia en cómo percibes y gestionas el caos cotidiano de la maternidad.
Acepta que hay días mejores y peores
No todos los días son iguales, y eso es completamente normal. Habrá jornadas en las que todo fluya y otras que se sentirán como un gran desafío. Lo importante es reconocer que estás haciendo lo mejor que puedes. Si algo no sale como esperabas, no te castigues. Reflexiona sobre qué factores influyeron y cómo puedes abordarlos de manera diferente si se repiten en el futuro.
Sin embargo, si sientes que la tristeza, el cansancio o el mal humor se convierten en algo frecuente en tu vida diaria, podría ser un síntoma de que necesitas ayuda profesional. Consultar con un médico o terapeuta podría ser clave para recuperar tu equilibrio emocional.
Encuentra apoyo en redes sociales y grupos
Las madres no tienen que enfrentarse solas a los retos de la maternidad. Busca apoyo en otras madres que estén viviendo situaciones similares. Redes sociales, foros y asociaciones locales ofrecen lugares en los que puedes compartir experiencias y consejos. Muchas veces, hablar con alguien que te entiende puede ser un gran alivio emocional.
Aprende a delegar
Una clave para reducir el estrés es aceptar que no puedes hacerlo todo por tu cuenta. Delegar responsabilidades, ya sea en tu pareja, familiares o incluso en cuidadores profesionales, puede darte un tiempo valioso para descansar y recargar energías. Recuerda que no te hace menos madre pedir ayuda, sino que demuestra tu compromiso con tu bienestar y el de tu familia.
Prioriza el descanso y la organización
El sueño reparador es esencial para mantener un buen estado anímico. Trata de establecer una rutina nocturna relajante, como leer un libro o escuchar música tranquila antes de dormir. Además, planifica tu día con anticipación; tener una estructura definida ayuda a minimizar el estrés y mejora tu productividad.
Recuerda que ser madre implica enfrentarse a desafíos constantes, pero también disfrutar de momentos maravillosos con tus hijos. Aunque las responsabilidades puedan parecer abrumadoras, cuidarte a ti misma es igual de importante. Trabaja en tu bienestar emocional y físico para ofrecerles lo mejor de ti, pero nunca pierdas de vista que ellos también necesitan verte feliz. Una mamá que se siente bien consigo misma brinda un hogar lleno de amor y equilibrio.