En la última década hemos incorporado a nuestros estilismos casuales prendas y accesorios diseñados originalmente para realizar actividades deportivas. Así ha ocurrido con las sandalias para caminar; sandalias con las que ahora completamos todo tipo de estilismos desenfadados también en la ciudad.
Nuestras prioridades han cambiado. Deseamos sentirnos, ante todo, cómodas con aquello que nos ponemos. De ahí que primero las playeras y después las sandalias para caminar se hayan convertido en un calzado para todo. Y aunque algunos lo consideren un calzado feo, otros lo valoran por su estilo y comodidad.
Todo empezó con el fenómeno Birkenstock, concretamente con el modelo Birkenstock Arizona. Una sandalia con dos tiras en la que se han inspirado después muchísimas marcas de calzado para crear diferentes propuestas. Propuestas de las que en un principio yo misma renegué y que hoy utilizo cuando hago de la comodidad mi prioridad.
Durante el verano podemos encontrar Tevas, Birkenstock, y Genuins combinadas con todo tipo de prendas. Cuando se trata de pasear por la ciudad, disfrutar de un día de playa o hacer turismo este tipo de sandalias se convierten en un comodín.
En una maleta son las primeras en encontrar su hueco. En colores neutros como el negro, el camel o el nude nos dan ¡muchísimo juego! Podemos combinarlas con unos shorts y un top por la mañana para disfrutar de la playa y a la tarde, cuando las temperaturas sean mas fresquitas, llevarlas con un pantalón fluido y un sweater de punto fino.
También podemos integrarlas en un estilismo que tenga como protagonismo un vestido tipo túnica o un conjunto de dos piezas de lino. Y también funcionarán con los conjuntos de punto tan de tendencia en la actualidad. Solo debes encontrar aquellas qué te resulten mas cómodas y no será por falta de posibilidades.
Imágenes – @adelinerbr, @talisa_sutton, @mirenalos, @smythsisters, @lisonseb, @andrea_m_m