Riesgos de la dependencia emocional en la pareja: ¡evítala!

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La dependencia emocional tiene como base un apego excesivo. Focalizamos en nuestra pareja toda nuestra felicidad, nuestro equilibrio y por así decirlo, el sentido de nuestra vida. Y es un riesgo. Con este tipo de relaciones es muy fácil caer en un estado de indefensión donde nuestra autoestima, se ve seriamente debilitada.

Perdemos nuestra individualidad, nuestro carácter y nuestra iniciativa. Sin pasar por alto que además, es muy común caer en las redes de la dominación por parte de nuestra pareja, quien moverá los hilos de nuestra vida partiendo del poder que le ofrece dicha dependencia. También hemos de tener en cuenta lo que nos dicen los datos: el porcentaje de dependencia emocional es más frecuente en las mujeres. De ahí que valga la pena tenerlo en cuenta y analizar las dimensiones más relevantes que definen este concepto: la dependencia emocional.

Claves de la dependencia emocional

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1. ANTEPONER LAS NECESIDADES DEL OTRO A LAS DE UNA MISMA

Debemos tener cuidado. Sabemos que amar a alguien es ofrecer libremente nuestro cariño, nuestro afecto y nuestros esfuerzos por nuestra pareja. Y lo hacemos con toda la voluntad sin esperar recibir nada a cambio porque queremos a esa persona. Pero todo tiene un límite y debemos mantener el equilibrio.

Amar no es dar sin recibir nada a cambio. En absoluto, el amor es un intercambio mutuo donde las dos partes deben salir reforzadas. Necesitamos sentirnos queridos, reconocidos y respetados. Si nos esforzamos en hacer casi cualquier cosa por nuestra pareja, anteponiendo sus necesidades a las nuestras, llegará un día en que, simplemente, nos sintamos vacías. Frustradas. La balanza de las relaciones de pareja debe estar equilibrada. Con esfuerzos comunes y reconocimientos comunes.

2. LA FELICIDAD SE CENTRA ÚNICAMENTE EN NUESTRA PAREJA

Hay personas que anteponen su vida en pareja a cualquier otra cosa. A su trabajo, a sus aspiraciones, a su identidad e incluso a su familia. Reconocemos que el amar a alguien, exige en ocasiones tener que renunciar a algunos aspectos. Es posible, por ejemplo, que tengamos que dejar un trabajo porque nos puede obligar a tener que vivir en otro lugar. Lejos de nuestra pareja. Es comprensible.

Pero desde el momento en que todo son renuncias, y focalizamos cada aspecto de nuestra vida en esa persona, tarde o temprano nos sentiremos insatisfechas. Frustradas. Está bien que nuestra felicidad tenga como pilar esencial a esa pareja. Pero igual de importante es nuestra identidad, nuestro espacio personal, nuestras aspiraciones, nuestros amigos y familiares. Son esas piezas que fortalecen nuestra autoestima, que evitan la dependencia emocional. Y que, a fin de cuentas, nos aportan mayor madurez y fortaleza para aportar felicidad al seno de la pareja y a nuestra relación. Hay que tenerlo en cuenta.

3. EL RIESGO DE PERDER EL AMOR PROPIO

¿A qué nos referimos cuando hablamos de amor propio? El amor propio es el sustrato de la autoestima, de la auto-confianza, del auto-concepto, de nuestra iniciativa para emprender proyectos, de actuar con asertividad… La dependencia emocional tiene como riesgo el perder poco a poco y sin que nos demos cuenta, cada una de estas dimensiones esenciales para ser una persona emocionalmente saludable.

Focalizamos nuestra felicidad únicamente en esa persona. Si nuestra pareja está frustrada nosotros también lo estamos nosotras. Si él está enfadado nosotras nos sentimos desgraciadas, si la otra persona está radiante de alegría nosotras también lo estaremos a pesar de que, nuestra autoestima, esté cada vez más desgastada, más débil. Jamás permitas que tu felicidad resida en el bolsillo de otra persona. Tu felicidad debe estar bajo tus riendas, tú debes ser quien en todo momento tenga el rumbo de su vida con sus propias decisiones y su propia identidad. La dependencia emocional es un tipo de apego poco saludable e inmaduro, que nos puede traer más infelicidad que felicidad.

4. SER PRESA FÁCIL DEL CHANTAJE EMOCIONAL

Es inevitable. La dependencia emocional trae consigo el clásico chantaje emocional. Desde el momento en que nos sentimos tan unidas a una persona, hasta el punto de perder nuestra propia identidad, somos «peligrosamente» vulnerables. Y muy frágiles.

Nuestra pareja puede aprovecharse de esta realidad para extender las conocidas técnicas de chantaje emocional. Con ellas, nos mantendrá más unidas a él, a la vez que se valdrá de hábiles artimañas para conseguir sus objetivos. El mayor riesgo de la dependencia emocional es que casi siempre tenemos miedo a decir en voz alta la necesaria palabra «No».

Perdemos nuestra asertividad, nuestra capacidad para elegir e incluso para disentir. ¿Cómo vamos a negarle algo a esa persona que amamos tanto y en quien focalizamos toda nuestra felicidad? Las personas dependientes tienen miedo a dos cosas: a dejar de ser amados, o a ser abandonados y quedarse solos. Solo conciben su felicidad estando junto a otra persona, es decir «siendo pareja». Y este aspecto tampoco es saludable.

Antes de ser pareja merece la pena desarrollar nuestra identidad, nuestra madurez. Aprender a valorarnos y a ser felices con lo que somos, con nuestra individualidad, con nuestra capacidad para hacer cosas, para elegir y rechazar nuestros propios caminos. Si nos convertimos en dependientes emocionales, el apego será tan grande que perdemos nuestra identidad. Y ello, es un modo de ir perdiéndonos a nosotros mismos. De derivar en una falta de autoestima tan grave, que es muy posible que caigamos en una depresión.

Sabemos que amar, que tener pareja, exige en ocasiones algún sacrificio. Alguna renuncia. Pero nunca renuncies a todo lo que tú eres, a tu identidad, a tu autoconcepto. Porque entonces, lo perdemos todo. Formar una pareja saludable y feliz requiere que ambas personas aporten sus esfuerzos personales, sus identidades, para que de forma libre y madura, podamos construir entre dos nuestro propio camino. Y es algo que vale la pena.


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