Durante estos días de frío, muchos sueñan con un destino donde el sol y las temperaturas templadas sean una constante. Sevilla, la capital de Andalucía, se convierte en una opción ideal para disfrutar de una escapada llena de historia, cultura, deliciosa gastronomía y un clima que invita a explorar sus rincones sin prisas.
En este artículo te ofrecemos una extensa guía sobre qué ver y hacer en Sevilla, desde sus monumentos más icónicos hasta actividades específicas que exudan el alma vibrante de esta ciudad. Cada lugar tiene su encanto particular, acompañado por la rica historia y el arte que la han convertido en un destino turístico imprescindible.
La Giralda y la Catedral de Sevilla
La Giralda es sin duda el símbolo más emblemático de la ciudad. Esta impresionante torre campanario era originalmente el minarete de la antigua mezquita, construida durante el dominio musulmán, y su belleza arquitectónica fusiona el estilo almohade con influencias del Renacimiento tras la reconquista cristiana.
La Catedral de Sevilla, junto con la Giralda, es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Es el templo gótico más grande del mundo y el tercer edificio religioso más grande, solo por detrás de la Basílica de San Pedro en el Vaticano y la Catedral de San Pablo en Londres. En su interior, destaca la tumba de Cristóbal Colón, la Capilla Mayor y la riqueza de sus vitrales.
Subir a lo alto de la Giralda mediante sus rampas permite disfrutar de unas vistas espectaculares de Sevilla. Estas rampas fueron diseñadas para que el almuédano, encargado de llamar a la oración, pudiera subir a caballo.
Horario y entradas: La Catedral abre de lunes a sábado de 11:00 a 17:00 h, y los domingos de 14:30 a 18:00 h. Recomendamos reservar las entradas con antelación para evitar las largas colas.
El Real Alcázar de Sevilla
El Real Alcázar es un verdadero regalo arquitectónico y artístico. Este conjunto palaciego, aún en uso por la familia real española, es una joya que combina estilos islámico, mudéjar, gótico, renacentista y barroco. Declarado Patrimonio de la Humanidad, el Alcázar no solo exhibe una arquitectura deslumbrante, sino también jardines espectaculares que transportan a otra época.
Entre los espacios más destacados, se encuentran el Patio de las Doncellas, el Salón de Embajadores y los Baños de Doña María de Padilla. En sus jardines, es fácil perderse entre naranjos, fuentes y pabellones, que ofrecen una experiencia única de tranquilidad en el corazón de la ciudad.
Tras haber sido escenario de series como «Juego de Tronos», el Real Alcázar permite a los visitantes descubrir un lugar cargado de historia y leyendas. Las visitas guiadas especializadas en el vínculo del palacio con la serie son muy recomendadas.
Consejo: Visitar el Real Alcázar a primera hora de la mañana garantiza una experiencia más tranquila y sin aglomeraciones. No olvides reservar tu entrada con antelación.
La Plaza de España y el Parque de María Luisa
La Plaza de España es uno de los lugares más impresionantes de Sevilla y un claro ejemplo del esplendor que la Exposición Iberoamericana de 1929 dejó en la ciudad. Con su forma semicircular, sus canales y sus puentes, la plaza es escenario de paseos románticos, recorridos en barca y fotografías inolvidables.
Los murales de azulejos que representan cada una de las provincias españolas son otro punto destacado. Aquí, cada visitante español puede buscar su provincia y hacerse la ya clásica foto en este enclave.
Al lado de la plaza, se encuentra el Parque de María Luisa, un enorme pulmón verde que invita a pasear bajo la sombra de sus árboles. Entre sus rincones más destacados están la Glorieta de Bécquer, el Jardín de los Leones y la singular fuente de las Ranas.
Dato curioso: La Plaza de España ha sido escenario de películas como «Lawrence de Arabia» y «Star Wars: Episodio II».
Ruta de bares y la gastronomía sevillana
La gastronomía es parte esencial de la cultura sevillana. Ninguna visita a la ciudad estaría completa sin disfrutar de unas buenas tapas y vinos en sus tabernas y bares tradicionales.
Entre los platos imprescindibles, destacan las espinacas con garbanzos, los montaditos de pringá y las croquetas caseras. Acompaña tu comida con un refrescante vino de naranja o una tradicional cerveza Cruzcampo.
Los barrios de Triana y Santa Cruz son ideales para explorar la oferta gastronómica de la ciudad, desde locales más turísticos hasta bares frecuentados por locales. Recuerda que, además de las tapas, Sevilla es famosa por su Semana Santa y la Feria de Abril, momentos perfectos para disfrutar de sus manjares en un ambiente único.
El Barrio de Triana
Cruzar el puente de Triana es adentrarse en un barrio con personalidad propia. Triana ha sido cuna de artistas, flamencos y marineros, y pasear por sus calles es una de las experiencias más auténticas que ofrece Sevilla.
No puedes perderte la calle Betis, con vistas al río Guadalquivir, el mercado de Triana o la Iglesia de Santa Ana, conocida como «la catedral de Triana». Además, este barrio es un lugar perfecto para disfrutar de un espectáculo de flamenco en alguno de sus emblemáticos tablaos.
El Metropol Parasol: Las Setas de Sevilla
Conocidas popularmente como «Las Setas de Sevilla», estas estructuras modernas ubicadas en la Plaza de la Encarnación ofrecen un contraste fascinante con la arquitectura histórica de la ciudad. Diseñadas por el arquitecto Jürgen Mayer, las Setas incluyen un mirador con vistas panorámicas, un museo arqueológico y espacios culturales.
Además de su diseño vanguardista, este lugar cuenta con bares y restaurantes que permiten disfrutar de Sevilla desde una perspectiva distinta.
El flamenco es una de las expresiones culturales más reconocidas de Andalucía. En Sevilla, es fácil encontrar tablaos que ofrecen espectáculos auténticos y apasionados. Desde el barrio de Triana hasta el barrio de Santa Cruz, las opciones son infinitas.
Para aquellos que buscan una experiencia más profunda, muchos tablaos también ofrecen talleres y clases de flamenco donde se puede aprender sobre esta tradición.
Atrévete a vivir Sevilla en todo su esplendor, explorando cada rincón y disfrutando de su patrimonio cultural, sus tradiciones y su exquisita gastronomía. La ciudad, con su «color especial», promete quedarse en el corazón de cada visitante.