La ciudad de Marrakech, ubicada en el oeste de Marruecos, es una de las joyas más reconocidas del turismo mundial. Este destino combina la magia de una antigua ciudad imperial con la energía vibrante de una urbe moderna. Marrakech es, sin duda, un lugar que despierta todos los sentidos: los colores, los sabores y los sonidos se entremezclan para ofrecer una experiencia cautivadora e inolvidable. Si alguna vez soñaste con perderte en su místico zoco o explorar sus exóticos jardines, este artículo te llevará por todo lo que puedes ver y hacer en esta fascinante ciudad. ¡Prepárate para descubrir lo mejor de Marrakech!
Plaza Jamaa el Fna
La Plaza Jamaa el Fna es el corazón palpitante de Marrakech y uno de los puntos más emblemáticos de la ciudad. Situada en el centro de la Medina, esta plaza histórica es el centro neurálgico de la vida local y un punto de referencia para los turistas. La magia de Jamaa el Fna radica en su constante transformación a lo largo del día. Durante la mañana, la plaza está llena de comerciantes que venden frutas frescas, especias y recuerdos. Al llegar la noche, el espacio se convierte en un vibrante mercado nocturno con puestos de comida deliciosa, espectáculos de música y artistas callejeros.
Si deseas disfrutar de una perspectiva única, busca una de las terrazas de los cafés que rodean la plaza. Desde allí, podrás contemplar las fascinantes actividades mientras disfrutas de un té de menta. No olvides tener monedas a mano si decides fotografiar a los encantadores de serpientes o músicos, ya que suelen solicitar una propina.
El Zoco
Uno de los mayores atractivos de Marrakech es su zoco, situado dentro de la Medina. Este mercado tradicional es un verdadero laberinto de callejones donde encontrarás una oferta interminable de productos locales: desde artesanías y alfombras hasta lámparas, especias, teteras y perfumes. Cada rincón del zoco tiene su propio gremio, como el zoco de los tintoreros, el de los cobreadores o el de las telas, lo que lo convierte en un lugar fascinante para explorar.
Adentrarse en el zoco es toda una experiencia sensorial y, para aprovecharla al máximo, te recomendamos practicar el arte del regateo. Es una costumbre profundamente arraigada y aceptada en Marruecos. Para evitar pagar precios inflados, empieza ofreciendo la mitad del precio inicial y negocia hasta llegar a un punto intermedio. Además, si necesitas hacer una pausa, puedes hacerlo en una de las teterías cercanas mientras pruebas el mundialmente famoso té con menta.
Mezquita Koutoubia
La Mezquita Koutoubia, situada cerca de la Plaza Jamaa el Fna, es un símbolo inconfundible de Marrakech y un verdadero icono de la arquitectura islámica. Su imponente minarete, de 69 metros de altura, domina el horizonte de la ciudad y ha servido de inspiración para otras estructuras famosas, como la Giralda de Sevilla. Construida en el siglo XII, esta mezquita refleja el esplendor de la época almohade.
Es importante mencionar que, como ocurre con la mayoría de las mezquitas en Marruecos, solo los musulmanes tienen permitido el acceso al interior. Sin embargo, los jardines que la rodean son abiertos al público y ofrecen un ambiente tranquilo en el que puedes descansar y admirar esta magnífica edificación.
Palacio Bahía
El Palacio Bahía es una obra arquitectónica que deslumbra a quienes lo visitan. Construido en el siglo XIX, este palacio fue concebido para ser el más impresionante de su tiempo. Con sus 150 habitaciones, patios interiores y jardines, es uno de los lugares más visitados de Marrakech. Aunque el interior del palacio fue saqueado y no conserva muebles ni objetos originales, las decoraciones de los techos y las paredes son espectaculares.
No te pierdas el gran patio central, decorado con mármol de Carrara y rodeado de intrincados azulejos. Cada detalle del palacio refleja la riqueza y el poderío de sus antiguos dueños, y es un lugar que no puedes dejar de incluir en tu itinerario.
Tumbas Saadíes
A pocos minutos de la Plaza Jamaa el Fna se encuentran las Tumbas Saadíes, un conjunto funerario que data del siglo XVI. Descubiertas en 1917 tras permanecer ocultas durante siglos, estas tumbas fueron restauradas y abiertas al público, convirtiéndose en uno de los lugares históricos más visitados de Marrakech.
Las tumbas abarcan dos mausoleos principales y un jardín y contienen los restos de sultanes, guerreros y sirvientes de la dinastía saadí. La decoración con mármol de Carrara y estuco pintado es digna de admiración, especialmente en la Sala de las Doce Columnas, que alberga la tumba del sultán Ahmad al-Mansur.
Jardines de Menara
Si buscas tranquilidad en medio de la bulliciosa Marrakech, los Jardines de Menara son el lugar perfecto. Estos jardines, creados en el siglo XII y ampliados posteriormente, son famosos por su estanque central rodeado de un impresionante paisaje de olivos y con la cordillera del Atlas como telón de fondo.
El edificio principal, de estilo almohade, es un lugar ideal para tomar fotografías y disfrutar de la vista. Para una experiencia más placentera, te recomendamos visitar los jardines temprano en la mañana o al atardecer, evitando las horas de mayor calor.
Jardines Majorelle
Los Jardines Majorelle, diseñados por el pintor francés Jacques Majorelle en la década de 1920, son un oasis de arte y naturaleza en Marrakech. En 1980, el diseñador Yves Saint Laurent adquirió la propiedad y la restauró, convirtiéndola en uno de los lugares más visitados de la ciudad.
El contraste entre el azul eléctrico de los edificios, los tonos verdes de las plantas exóticas y el amarillo de las macetas crea un ambiente visualmente único. Además, en el recinto se encuentra el Museo Bereber, que alberga una interesante colección de arte y cultura marroquí.
De principio a fin, Marrakech es una ciudad que cautiva y sorprende. Cada rincón, desde la Plaza Jamaa el Fna hasta los jardines más tranquilos, tiene una historia que contar y una belleza que descubrir. Planifica tu visita y déjate llevar por la magia de esta fascinante ciudad marroquí.