Qué son los terrores nocturnos y cómo tratarlos

terrores

Muchos padres suelen confundir las pesadillas que sufren sus hijos con los terrores nocturnos. En el caso de los terrores nocturnos el niño lo pasa realmente mal mientras duerme. Aparte de llorar o de gritar, puede llegar a mostrar una conducta agresiva.

En el siguiente artículo te hablamos de las causas de los terrores nocturnos y qué hacer ante los mismos.

Los terrores nocturnos no son pesadillas

Antes de todo es importante indicar que no tienen nada que ver los terrores nocturnos con las pesadillas. A día de hoy hay padres que no son capaces de diferenciar las pesadillas de los terrores nocturnos. En el caso de las pesadillas, el pequeño se despierta agitado y exaltado y suele recordar lo soñado. En la gran mayoría de los casos suelen tener problemas a la hora de volverse a dormir y requieren para ello la ayuda de los padres. Las pesadillas se suelen producir con mucha asiduidad en los niños y pueden darse a lo largo de la vida de la persona.

Los terrores nocturnos no son un sueño y el niño suele manifestar los siguientes síntomas:

  • Gritan de una manera realmente aterradora. Este grito sobresalta como es normal a los padres.
  • Pueden tener los ojos abiertos o semiabiertos aunque sigan dormidos. Esto es algo que suele confundir a muchos padres.
  • Es habitual que el niño se encuentre sentado en la cama o haga el amago de levantarse de la misma.
  • El niño se encuentra muy agitado y dando golpes al colchón. Tiene un comportamiento violento.
  • Se produce una respiración acelerada y un exceso de sudor.
  • Tras el episodio de terror nocturno el niño vuelve a dormirse sin problema alguno. A la mañana siguiente no va a recordar nada de lo ocurrido.
  • Los terrores nocturnos no son tan habituales como las pesadillas.

terrores nocturnos

Cuáles son las causas de los terrores nocturnos

No existe una única causa que explique los terrores nocturnos en los niños. En ocasiones los mismos se deben al proceso madurativo que está sufriendo el cerebro. A parte de ello existen otra serie de causas:

  • Factores genéticos y antecedentes familiares.
  • Altos niveles de estrés y de ansiedad.
  • Falta de sueño y mucho cansancio.
  • La ingesta de ciertos medicamentos.

Cómo deben actuar los padres ante los terrores nocturnos de los hijos

Es normal ponerse nervioso al ver a un hijo sufrir un terror nocturno. Ante ello es importante mantener la calma ya que el niño no se entera de nada de lo que está ocurriendo. Acto seguido te mostramos algunos consejos o pautas a seguir:

  • Crear un rutina que ayude al niño a dormir y a conciliar el sueño.
  • El niño debe dormir las horas adecuadas y acostarse temprano.
  • Hay que evitar que el niño esté demasiado estresado y conseguir que deje la ansiedad de lado.
  • Los padres deben permanecer a su lado para evitar que pueda hacerse daño debido a la brusquedad de sus movimientos. En el caso de que se ponga de pie hay que ayudarle a que se vaya a la cama y se vuelva a acostar.

Qué hay que evitar si un niño tiene terrores nocturnos

Hay una serie de cosas que los padres no deben hacer, en el caso de que su hijo esté sufriendo un terror nocturno:

  • No se debe despertar al niño, ya que es posible que se sienta ido y tenga seria dificultad a la hora de dormirse de nuevo.
  • Ni sacudirle ni zarandearlo mientras está sufriendo dicho terror nocturno.

En definitiva, los terrores nocturnos son trastornos del sueño que suelen desaparecer con el paso de los años. Los padres no deben ponerse nerviosos e intentar tratar el problema de los terrores nocturnos desde la calma y la tranquilidad. Si dichos terrores se producen con motivo de la ingesta de un determinado medicamento es aconsejable acudir al médico. También sería recomendable acudir al médico cuando los terrores son habituales y se prolongan en el tiempo.


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