Es habitual que muchas mujeres, aproximadamente a las 48 horas de dar a luz, experimenten contracciones uterinas que pueden ser muy intensas y dolorosas. Estas contracciones, conocidas como entuertos, son un proceso fisiológico completamente normal y esencial para la recuperación del cuerpo después del parto.
¿Qué son los entuertos y cuál es su función?
Los entuertos son contracciones involuntarias del útero que se producen después del parto y cuyo principal objetivo es que el útero recupere su tamaño original tras el embarazo. Durante la gestación, este órgano puede pasar de pesar unos 70 gramos antes del embarazo a más de un kilogramo al término de la gestación. Estas contracciones son necesarias para cerrar los vasos sanguíneos donde se encontraba la placenta, lo cual es crucial para evitar hemorragias internas y prevenir infecciones.
Además, estas contracciones ayudan al útero a deshacerse de los restos que puedan haber quedado en su interior, como coágulos y membranas fetales. Este proceso también se conoce como involución uterina.
La relación entre los entuertos y la lactancia materna
Una de las principales razones de la aparición de los entuertos es la liberación de oxitocina, conocida como la “hormona del amor”, que se produce principalmente durante la lactancia materna. Cada vez que el bebé succiona el pecho, el cuerpo de la madre libera oxitocina, lo que provoca contracciones del útero. Estas contracciones no solo ayudan a que el útero vuelva a su tamaño normal, sino que también contribuyen a sellar los vasos sanguíneos y reducir el sangrado postparto.
Por lo tanto, la lactancia materna no solo beneficia al bebé, sino que también juega un papel importante en la recuperación de la madre. Este vínculo entre la lactancia y los entuertos hace que las mujeres que optan por amamantar puedan notar más intensamente estas contracciones.
¿Son dolorosos los entuertos?
La intensidad del dolor de los entuertos puede variar significativamente entre mujeres y también depende del número de partos que hayan tenido. En general, las madres primerizas suelen experimentar entuertos más leves, comparables a los cólicos menstruales, mientras que aquellas que ya han tenido varios partos suelen notar contracciones más fuertes y dolorosas. Esto se debe a que el útero, al haber estado previamente distendido, necesita hacer más esfuerzo para volver a su tamaño original.
El dolor también puede ser más severo en casos de partos múltiples, como gemelos o trillizos, o cuando el bebé tiene un peso elevado. En estos casos, el útero debe contraerse con mayor intensidad para regresar a su tamaño habitual.
Por otro lado, las mujeres que han tenido una cesárea también pueden experimentar entuertos dolorosos, ya que a las contracciones se suma el dolor de la cicatriz quirúrgica. En situaciones de dolor intenso, se puede recurrir a analgésicos como el ibuprofeno, siempre bajo la supervisión de un médico.
¿Cuánto tiempo duran los entuertos?
En la mayoría de los casos, los entuertos suelen durar de 24 a 48 horas después del parto, aunque en algunas mujeres pueden extenderse hasta una semana. Durante este período, las contracciones tienden a ser más intensas los primeros días, disminuyendo gradualmente en intensidad y frecuencia.
Es importante prestar atención a cualquier anomalía. Si las contracciones persisten durante más de una semana o vienen acompañadas de fiebre, sangrado excesivo u otros síntomas preocupantes, es fundamental acudir al médico para descartar complicaciones como infecciones uterinas o retención de restos placentarios.
¿Cómo aliviar el dolor de los entuertos?
Si bien los entuertos son un proceso natural y necesario, existen algunas medidas que pueden ayudar a aliviar el dolor y hacer más llevadero este período:
- Aplicar calor: Usar una almohadilla térmica o una bolsa de agua caliente sobre el abdomen puede ayudar a relajar los músculos uterinos y reducir el dolor.
- Realizar masajes: Masajear suavemente el área del útero con movimientos circulares puede aliviar la tensión y disminuir el malestar.
- Practicar técnicas de relajación: Las técnicas de respiración aprendidas durante el embarazo pueden ser útiles para manejar el dolor de los entuertos.
- Lactancia materna: Aunque puede ser contradictorio, amamantar al bebé ayuda a liberar oxitocina, lo que acelera el proceso de involución uterina y puede hacer que las contracciones desaparezcan más rápido.
- Medicamentos: En casos de dolor intenso, un médico puede recomendar analgésicos seguros, como el ibuprofeno, que además de aliviar el dolor, ayuda a reducir la inflamación.
Diferencias entre los entuertos y otros procesos postparto
Es importante no confundir los entuertos con los loquios, que son las secreciones vaginales que se producen tras el parto y que consisten en sangre, tejido uterino y moco. Los loquios también forman parte del proceso de recuperación del útero y pueden durar de 4 a 6 semanas. A medida que transcurren los días, su color y consistencia cambian, pasando de un rojo intenso a un tono más claro y acuoso.
Además, las mujeres que están en el período de puerperio deben estar atentas a cualquier señal de alarma, como fiebre, dolor intenso o secreciones con mal olor, ya que podrían indicar complicaciones postparto.
¿Cuándo consultar al médico?
Aunque los entuertos son normales, hay ciertas situaciones que requieren atención médica inmediata:
- Dolor abdominal intenso que no mejora con analgésicos.
- Sangrado vaginal abundante que empapa una toalla sanitaria en menos de una hora.
- Fiebre alta o escalofríos.
- Secreciones vaginales con mal olor.
Estas señales podrían indicar infecciones o complicaciones como restos placentarios retenidos, por lo que es crucial buscar ayuda médica para evitar riesgos mayores.
Los entuertos, aunque dolorosos, son una parte fundamental del proceso de recuperación postparto. Comprender su importancia y cómo manejarlos puede hacer que esta etapa sea más llevadera para la madre, ayudándola a enfocarse en disfrutar de su recién nacido y en su propia recuperación física y emocional.