El verano es una etapa ideal para disfrutar del agua, ya sea en la piscina o en la playa, pero también es un momento en el que se incrementa el riesgo de infecciones, especialmente para niños. Las piscinas comunitarias, en particular, pueden ser un foco de bacterias, hongos y virus, lo que las convierte en un lugar propenso a cierto tipo de enfermedades si no se toman las precauciones necesarias.
En este artículo, exploramos a fondo las infecciones más comunes que los niños pueden contraer en las piscinas y proporcionamos consejos esenciales para prevenirlas. Descubre cómo mantener a tus hijos seguros mientras disfrutan de un refrescante baño durante el verano.
Infecciones de oído: «Otitis del nadador»
La otitis externa, comúnmente conocida como «otitis del nadador», es una de las infecciones más frecuentes que se desarrollan en piscinas. Este tipo de infección se produce cuando el agua queda atrapada en el conducto auditivo, creando un ambiente húmedo ideal para el crecimiento de bacterias como Pseudomonas aeruginosa.
¿Cómo prevenirla? Es crucial controlar el tiempo que los niños permanecen en el agua y asegurarse de secarles bien los oídos al salir de la piscina. El uso de gorros de baño o tapones estancos puede proporcionar una protección adicional, especialmente en niños que previamente han tenido problemas de oído.
Infecciones oculares: Conjuntivitis
Otra infección común es la conjuntivitis, que puede ser causada por la irritación del cloro o por bacterias como las clamidias. Los síntomas incluyen ojos rojos, lagrimeo, picazón y sensibilidad a la luz.
¿Cómo prevenir la conjuntivitis? Asegúrate de que los niños utilicen gafas de natación para proteger sus ojos del contacto directo con el agua. También es importante que eviten frotarse los ojos con las manos, ya que esto puede agravar la irritación ocular.
Infecciones en la piel
Las infecciones cutáneas en piscinas suelen estar relacionadas con hongos, papilomas plantares y moluscos contagiosos. Caminar descalzo por las áreas comunes, como vestuarios y duchas, aumenta considerablemente este riesgo.
¿Cómo evitar infecciones en la piel? Es fundamental que los niños utilicen sandalias o chanclas en todo momento en estas zonas. Además, asegúrate de secar bien los pies, especialmente entre los dedos, antes de vestirlos con calcetines o zapatos. También es recomendable evitar el compartir toallas u otros objetos personales.
Infecciones gastrointestinales
Las aguas contaminadas pueden contener bacterias como Escherichia coli, parásitos como Cryptosporidium y Giardia, o virus como el norovirus. Estos microorganismos son responsables de infecciones gastrointestinales que causan síntomas como vómitos, diarreas y calambres abdominales.
Medidas de prevención: Educar a los niños para que no traguen agua mientras nadan es crucial. Además, evita usar piscinas que no parezcan bien mantenidas o donde el agua no esté debidamente tratada con cloro.
Infecciones respiratorias
Los microorganismos presentes en el agua y los químicos utilizados para tratarla, como el cloro, pueden irritar las vías respiratorias. Esto es especialmente preocupante para niños con asma o rinitis alérgica, ya que estos agentes pueden agravar sus síntomas.
¿Cómo prevenirlas? Controlar el tiempo que los niños pasan en piscinas cerradas y asegurarte de que estas estén adecuadamente ventiladas puede minimizar el riesgo. También es beneficioso enjuagar la nariz con solución salina después de nadar.
Medidas preventivas generales para evitar infecciones en piscinas
Los padres pueden tomar una serie de medidas preventivas simples pero efectivas para minimizar el riesgo de infecciones en piscinas:
- Ducharse antes y después de entrar al agua: Esto ayuda a eliminar bacterias y aceites de la piel que podrían contaminar el agua.
- Lavar los trajes de baño después de cada uso: Esto reduce la propagación de gérmenes y prolonga la vida útil del tejido.
- No orinar ni defecar en la piscina: Asegúrate de que los niños usen el baño regularmente.
- Revisar los pañales de agua: Cambiarlos a menudo para prevenir fugas.
- Evitar piscinas superpobladas: La cantidad de personas influye directamente en la calidad del agua.
Disfrutar del agua durante el verano es una experiencia que tanto padres como niños esperan con entusiasmo. Sin embargo, tomar precauciones adecuadas para evitar infecciones asegura que estas actividades sean tan seguras como placenteras. Desde secar los oídos hasta educar a los pequeños sobre la importancia de no tragar agua, cada pequeña acción cuenta para reducir riesgos. Siguiendo estas pautas, puedes garantizar que los momentos de diversión en la piscina estén libres de preocupaciones y llenos de risas.