En los meses de verano, es habitual que tanto niños como adultos pierdan el apetito y que las rutinas relacionadas con la alimentación se vean alteradas. Este cambio, provocado por el calor y la falta de hábitos, puede dificultar que los más pequeños reciban una dieta variada y equilibrada. Para los padres, el verano puede convertirse en un verdadero desafío a la hora de asegurarse de que sus hijos coman bien y obtengan los nutrientes esenciales para su desarrollo. A continuación, exploramos diversas estrategias para que los niños disfruten de comidas saludables y frescas durante esta temporada, al mismo tiempo que toda la familia mejora sus hábitos alimenticios.
¿Por qué es importante una dieta adecuada en verano?
Una alimentación equilibrada durante los meses de calor no solo proporciona a los niños la energía necesaria para disfrutar de sus vacaciones, sino que también les ayuda a mantenerse bien hidratados y a evitar problemas relacionados con el calor, como la deshidratación o las digestiones pesadas. Además, el verano es una época ideal para introducir nuevos alimentos y ampliar su paladar gracias a la versatilidad de los productos de temporada.
Consejos para conseguir que los niños coman bien en verano
1. Incluye productos de temporada
Durante la época estival, es fundamental aprovechar los alimentos de temporada, como frutas y verduras frescas. Estos productos no solo están en su mejor momento de sabor y valor nutritivo, sino que también suelen ser más económicos. Algunas opciones ideales son la sandía, el melón, los melocotones, los albaricoques, los tomates y el pepino.
- La sandía y el melón son excelentes para mantener hidratados a los niños.
- Las frutas como las cerezas, las ciruelas y los melocotones aportan gran cantidad de vitaminas y son perfectas para meriendas saludables.
- Las verduras frescas como el tomate y el pepino son ideales para ensaladas refrescantes.
Introducir variedad en su plato incentivará el consumo de estos alimentos al hacerlos más atractivos.
2. Prioriza recetas frescas y ligeras
En verano, los platos calientes y pesados suelen ser menos apetecibles. Opta por recetas frescas que no solo sean más adecuadas para combatir el calor, sino que también aporten los nutrientes esenciales para los pequeños. Algunas ideas son:
- Ensaladas de legumbres con garbanzos, lentejas o judías.
- Gazpacho y salmorejo para aportar hidratación y vitaminas.
- Cremas frías de verduras como la vichyssoise o el calabacín.
- Hamburguesas de legumbres y verduras caseras.
Estas opciones, además de ser saludables, son ideales para toda la familia.
3. Involucra a los niños en la cocina
Dejar que los niños participen en la preparación de sus propias comidas puede ser una excelente forma de despertar su interés por los alimentos saludables. Durante el verano, esto se puede convertir en una actividad divertida y educativa. Algunas ideas son:
- Dejarles elegir los ingredientes para una ensalada.
- Involucrarlos en la preparación de postres saludables, como helados caseros de frutas.
- Permitir que decoren sus platos con frutas y verduras.
Esta práctica no solo mejora su relación con la comida, sino que también fomenta su creatividad y habilidades culinarias.
4. Mantén horarios regulares
En verano, los horarios suelen volverse más flexibles, pero es importante mantener cierta regularidad para evitar que los niños se salten comidas principales o coman de forma desordenada. Asegúrate de ofrecer cinco comidas al día: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena. Esto les ayudará a mantener su energía y evitará que recurran a snacks poco saludables entre horas.
5. Hidrátalos constantemente
La hidratación es clave en verano, ya que los niños son más propensos a la deshidratación debido al calor y a su alta actividad física. Algunas recomendaciones para mantenerlos hidratados son:
- Ofrecerles agua regularmente, incluso si no tienen sed.
- Incluir frutas ricas en agua como sandía, melón o piña.
- Evitar refrescos y optar por jugos naturales sin azúcar añadida.
En los momentos más calurosos del día, también puedes ofrecerles polos de frutas caseros.
6. Modera el consumo de helados y dulces
Es habitual que los niños pidan dulces y helados durante el verano. Aunque es bueno permitírselo de forma ocasional, es mejor optar por alternativas caseras y saludables. Los helados de frutas naturales son una excelente opción. Simplemente mezcla frutas como fresas, mango o plátano con yogur y congélalos en moldes para polos.
7. Fomenta las comidas en familia
El verano es una oportunidad perfecta para reforzar los vínculos familiares compartiendo comidas juntos. Esto no solo fomenta buenos hábitos alimenticios, sino que también crea un ambiente positivo en el que los niños estén más dispuestos a probar alimentos nuevos.
Incorporando estas estrategias, será más fácil lograr que los niños coman bien durante el verano y disfruten de esta temporada al máximo. Ofrecerles variedad, involucrarlos en el proceso de preparación y mantener las comidas divertidas serán claves para construir hábitos saludables que perduren más allá de las vacaciones.