La arritmia cardíaca es una alteración del ritmo normal del corazón que puede ser más rápido, más lento o irregular. Aunque no todas las arritmias implican riesgos graves, algunas pueden derivar en complicaciones potencialmente mortales. Comprender sus sintomas, tipos y tratamientos es clave para preservar la salud cardiovascular.
Qué es una arritmia cardíaca
Una arritmia cardíaca es una modificación en el ritmo natural del corazón, que se produce cuando los impulsos eléctricos que lo regulan no funcionan correctamente. Durante el ciclo cardíaco, el corazón late gracias a dos fases: la diástole, donde el corazón se relaja y se llena de sangre, y la sístole, en la que se contrae para bombear la sangre al resto del cuerpo. Este proceso suele ser regular, pero problemas en el sistema eléctrico pueden alterar este ritmo.
La detección temprana y el diagnóstico adecuado son fundamentales para tratar la arritmia y evitar complicaciones graves. Las pruebas más comunes incluyen el electrocardiograma (ECG), el holter y estudios electrofisiológicos.
Síntomas de la arritmia cardíaca
Los sintomas de la arritmia pueden variar dependiendo de su tipo y severidad. Estos son los más comunes:
- Palpitaciones: Sensación de que el corazón late irregularmente, con fuerza o demasiado rápido. Puede sentirse como «saltos» en el pecho.
- Mareos o desmayos: La disminución del flujo sanguíneo hacia el cerebro puede causar episodios de vértigo o desmayo.
- Cansancio y fatiga: La falta de un bombeo eficiente de sangre puede llevar a sensaciones constantes de agotamiento.
- Dolor en el pecho: Algunas personas experimentan presión o molestias en el área pectoral.
- Dificultad para respirar: La insuficiencia en el bombeo de sangre puede provocar dificultad para respirar, especialmente durante actividades físicas.
Clases de arritmias cardíacas
Existen múltiples tipos de arritmias que se clasifican según su origen y características específicas:
- Taquicardia: Ritmo cardíaco acelerado, con más de 100 latidos por minuto. Puede subdividirse en fibrilación auricular, aleteo auricular y taquicardia supraventricular.
- Bradicardia: Ritmo cardíaco lento, con menos de 60 latidos por minuto. Puede deberse a problemas en el nodo sinusal o bloqueos de conducción cardíaca.
- Fibrilación auricular: Contracciones rápidas e irregulares de las cámaras superiores del corazón, asociadas con un mayor riesgo de accidentes cerebrovasculares.
- Fibrilación ventricular: Latidos desorganizados en las cámaras inferiores, una afección grave que puede causar paro cardíaco.
- Extrasístoles: Latidos prematuros que pueden sentirse como «saltos» en el pecho y a menudo son inofensivos.
Cómo se debe tratar la arritmia cardíaca
El tratamiento de la arritmia depende del tipo, la gravedad y la causa subyacente. Las estrategias más comunes incluyen:
- Farmacoterapia: Medicamentos para regular el ritmo cardíaco, como betabloqueantes o anticoagulantes para prevenir coágulos.
- Cardioversión: Procedimiento para restablecer un ritmo cardíaco normal mediante descargas eléctricas controladas.
- Ablación por catéter: Destrucción de tejidos cardíacos anormales que originan las arritmias mediante calor o frío.
- Marcapasos: Dispositivo implantado para regular ritmos cardíacos lentos.
- Desfibriladores implantables: Dispositivos que detectan y tratan ritmos anormales mediante descargas eléctricas.
- Cirugía: Procedimientos como la técnica del laberinto en casos de arritmias graves no controladas.
Además, los cambios en el estilo de vida, como mantener un peso saludable, evitar el alcohol y el tabaco, y gestionar el estrés, son fundamentales para complementar estos tratamientos y reducir el riesgo de recurrencia.
La arritmia cardíaca es una afección que puede ser manejada y tratada eficazmente con la combinación adecuada de diagnóstico, tratamiento médico y cambios en el estilo de vida. Detectar los síntomas y buscar atención médica temprana puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida de las personas que la padecen.