La música nos acompaña a lo largo y ancho de nuestra vida. Para la gran mayoría de las personas, escuchar alguna canción en concreto puede significar el levantar el ánimo al instante. Mientras que por otro lado, también puede simbolizar recuerdos y volver al pasado. Pero todo ello implica que tiene un impacto en nosotros y eso es lo que necesitamos conseguir con la musicoterapia.
Ya que es una de esas técnicas, que como su nombre indica, nos ofrece terapia para poder sanar ciertos problemas de nuestra vida. Así que, necesitas saber un poco más sobre todo ello porque te permitirá ponerlo en práctica cuanto antes. Esa conexión que, a través de estímulos, se encarga de mejorar nuestra mente y nuestro cuerpo, no puede pasar desapercibida.
¿Qué es la musicoterapia y para qué sirve?
Tal y como hemos anunciado, la musicoterapia se le conoce a la técnica que usa la música con fines terapéuticos. Ya que lo que se pretende es mejorar la salud y que la persona en cuestión consiga un gran bienestar. Pero es que al mismo tiempo sirve para incentivar nuestro sistema sensorial y cognitivo. Por lo que al usarla como tratamiento de rehabilitación, se puede llegar y obtener una calidad de vida mucho mejor de la esperada. Así que por todo ello se le considera como una técnica esencial y funcional. Hay que decir que, aunque puede ser idónea para muchas personas, se ha comprobado su eficacia en todas aquellas que sufren de ansiedad, depresión o en niños que tienen autismo.
¿Qué tipos de musicoterapia existen?
Por un lado, uno de los tratamientos más efectivos consiste en la improvisación. Es una de las mejores técnicas, ya que se le dará al paciente un instrumento y este se expresará de una manera libre. Aunque si no hay instrumento, entonces puedes probar a que el paciente cante o baile algunos ritmos que sepa. Por otro lado, puedes darle el ritmo y a partir de él, que se exprese de manera libre. A este método se le denomina Schmoltz.
Mientras que el método conocido como Nordoff-Robbins está destinado para niños con autismo así como personas con problemas emocionales como esquizofrenia. En este caso la improvisación tiene que ser parte de los dos: tanto del terapeuta como del paciente. Al grabarse cada una de las sesiones, será más sencillo ver las mejoras. El tipo de musicoterapia analítica tiene varias fases, en las que se combina la terapia combinada con la improvisación. Para que de este modo el resultado sea más efectivo.
El método del baile también es otro de los tipos que no podían faltar en una terapia como esta. Improvisar en personas con discapacidades, hará que estas puedan desarrollar sus habilidades. La combinación de varios pasos siempre se convierten en una opción perfecta para obtener grandes resultados.