Mucho se habla del suelo pélvico cuando se relaciona con las mujeres que son madres, pero poco se habla de lo importante que es fortalecer esta parte del cuerpo. Todas las mujeres, sin excepción, deberían trabajar en su suelo pélvico aunque no vivan un embarazo. Porque la musculatura de esta zona se debilita con el tiempo y es la principal causa de problemas tales como las pérdidas de orina.
El suelo pélvico es el conjunto de músculos y ligamentos que se encuentran en la parte baja de de la cavidad abdominal. Estos tienen una función muy importante, ya que se encargan de sostener los órganos de la pelvis, como la vejiga y la uretra, la vagina, el útero y el recto. Para que estos órganos funcionen correctamente, deben mantenerse en la posición apropiada y para ello están los músculos del suelo pélvico.
Cuando el suelo pélvico está debilitado, algo que ocurre por diversos motivos, se corre el riesgo de sufrir entre otros, pérdidas de orina, disfunción sexual, prolapso o dolor lumbar. Por lo que es muy importante cuidar, proteger y fortalecer el suelo pélvico para que esto no ocurra.
¿Cómo saber si tengo el suelo pélvico debilitado?
Si tienes la musculatura y los ligamentos de la pelvis debilitados, puedes sufrir diversos síntomas como la incontinencia urinaria. Algo muy característico y fácil de advertir es que no puedes controlar las pérdidas de orina, incluso con toser, al saltar o al reír, puedes tener una ligera pérdida, lo que es una clara señal de un suelo pélvico debilitado.
Otros síntomas con los que puedes reconocer los problemas del suelo pélvico son, dolor al mantener relaciones sexuales, dolor en las lumbares e incluso el prolapso, que es el desplazamiento de los órganos que los músculos sostienen, como el ano. Estos síntomas son los más graves, por lo que no debes dejar pasar el tiempo y al menor síntoma, consulta con tu médico para que valore el estado de tu suelo pélvico.
Cómo fortalecer el suelo pélvico
Para fortalecer el suelo pélvico se pueden recurrir a varios tipos de terapias. La primera opción si sufres un problema severo es contar con fisioterapia especializada en esta cuestión. De lo contrario, podrías sufrir un daño mayor al intentar solucionar el problema por tu cuenta. En los casos más leves e incluso como medida preventiva, existen alternativas como las siguientes.
- Los ejercicios de Kegel: Este tipo de ejercicios están diseñados para trabajar los músculos del suelo pélvico, de forma que se fortalecen al igual que se trabajan otro tipo de músculos del cuerpo. Para los ejercicios de Kegel se pueden utilizar herramientas como las bolas chinas o el ejercitador Kegel. Con estos ejercicios se puede tonificar la musculatura y mejorar la función del suelo pélvico.
- El yoga: algunas posturas o asanas de yoga son perfectas para trabajar el suelo pélvico. Consulta con un especialista para encontrar los mejores ejercicios en tu caso concreto. Ya que trabajar el suelo pélvico si no está dañado puede resultar contraproducente.
- Ejercicio de bajo impacto: todo aquel que no suponga realizar un impacto con el cuerpo, que no incluya saltos, ni movimientos bruscos. Los mejores deportes para las mujeres en este caso son la natación, la bicicleta, caminar o andar en la elíptica.
También es muy importante tener en cuenta algunas medidas preventivas. Como mantener un buen peso corporal, practicar ejercicio físico con regularidad, tener buenos hábitos a la hora de ir al baño, seguir una dieta rica en fibra para tener un correcto tránsito intestinal, tener una buena postura sobre todo cuando estés sentada y hacer actividades de bajo impacto.
Existen factores de riesgo que pueden debilitar el suelo pélvico, como el parto natural, los embarazos, la obesidad, practicar deportes de alto impacto, el estreñimiento crónico, enfermedades respiratorias o sufrir alguna cirugía o tratamiento ginecológico. Prevenir es la mejor herramienta contra un problema que puede causar graves trastornos en el día a día. Consulta con tu médico y encuentra la mejor alternativa para poner remedio a este problema antes de que pase a una situación de mayor gravedad.