Un embarazo molar es una complicación poco frecuente que se produce cuando algo sale mal en el proceso de fertilización y como consecuencia la placenta o el feto no se desarrollan correctamente. En un embarazo, lo normal es que el ovulo fertilizado este compuesto de 23 cromosomas de la madre y 23 cromosomas del padre. Sin embargo, cuando ocurre un embarazo molar, el ovulo no contiene cromosomas maternos, solamente los cromosomas paternos, lo que básicamente significa que no hay un feto o saco amniótico presente.
Es una condición en la que la placenta es anormal y se desarrolla rápidamente con quistes que suelen crecer en racimos y que son visibles a través de una ecografía. Ahora bien, puede darse el caso de que se produzca un embarazo molar parcial, en cuyo caso hay 23 cromosomas de la madre y el doble del padre, por lo que en total se tienen 69 cromosomas. Esto puede deberse a que dos espermatozoides entran en el ovulo y lo fecundan o incluso a que una vez en el interior del ovulo, el espermatozoide se reproduce.
Por lo que respecta a los síntomas del embarazo molar, estos incluyen un color oscuro o sangrado vaginal irregular; dolor abdominal, así como muchas molestias por las mañanas. Los factores de riesgo incluyen tener menos de 20 años o más de 35 años de edad; un historial previo de embarazos molares; una baja ingesta de caroteno; así como trastornos ovulatorios.
El tratamiento para el embarazo molar consiste en la eliminación quirúrgica de todas las células anormales.