El agua termal es un verdadero tesoro de la naturaleza que ha sido apreciado desde la antigüedad por sus múltiples beneficios para la piel. Utilizada por culturas como la romana o griega en sus famosos baños termales, este recurso sigue siendo una opción imprescindible en rutinas de belleza y cuidados dermatológicos. Hoy en día, las aguas termales se han popularizado en formato spray, permitiéndonos disfrutar de sus propiedades sin necesidad de visitar un spa.
¿Qué es el agua termal?
El agua termal se caracteriza por ser un tipo de agua que proviene de fuentes subterráneas situadas a gran profundidad. Durante su recorrido a través de las rocas, esta agua se enriquece con minerales y oligoelementos como zinc, cobre, selenio y magnesio, lo que le otorga propiedades únicas. Estas aguas surgen a la superficie a temperaturas elevadas, conservando una pureza y composición mineral inigualables.
Gracias a su composición, el agua termal es conocida por tener propiedades calmantes, hidratantes, antioxidantes y antiinflamatorias, siendo apta para todo tipo de pieles, incluidas las más sensibles, reactivas o con afecciones dermatológicas como eccemas, rosácea o psoriasis.
Beneficios del agua termal
Los beneficios del agua termal son múltiples, lo que la convierte en un aliado indispensable en nuestra rutina de cuidado facial y corporal. Entre sus ventajas más destacadas encontramos:
1. Hidratación ligera y duradera
El agua termal es ideal para aportar una hidratación ligera y refrescante a la piel, especialmente en ambientes secos como oficinas con aire acondicionado o durante largos vuelos en avión. Aunque no sustituye a las cremas hidratantes, puede usarse como complemento para mantener la piel humectada a lo largo del día y prevenir la sensación de tirantez.
Además, es perfecta para revitalizar la piel después de la exposición a agresores externos como el sol, el viento o cambios bruscos de temperatura.
2. Efecto calmante y antiinflamatorio
Gracias a su composición rica en minerales con propiedades antiinflamatorias como el zinc o el cobre, el agua termal ayuda a reducir la inflamación y las rojeces. Esto resulta especialmente beneficioso para personas con piel acneica o con problemas como la dermatitis. Asimismo, es eficaz para aliviar irritaciones tras la depilación, el afeitado o tratamientos dermatológicos como peelings químicos.
Aplicar agua termal en las bolsas de los ojos también puede ayudar a reducir su inflamación, proporcionando un efecto descongestionante.
3. Una solución para pieles sensibles
El agua termal es especialmente útil para quienes tienen pieles sensibles, reactivas o con afecciones como eccema, psoriasis o rosácea. Sus propiedades calmantes y desensibilizantes ayudan a aliviar el picor y la irritación, mejorando la calidad de vida de las personas con estas condiciones.
4. Propiedades antioxidantes
Algunos componentes del agua termal, como el selenio, actúan como potentes antioxidantes que protegen la piel contra los radicales libres, responsables del envejecimiento prematuro. Esto contribuye a mantener la piel joven, tersa y luminosa, retrasando la aparición de arrugas y otros signos de la edad.
5. Facilita la cicatrización
El agua termal favorece la regeneración celular, acelerando el proceso de cicatrización de pequeñas heridas, irritaciones o marcas de acné. Es, por tanto, un complemento ideal tras tratamientos dermatológicos intensivos o ante quemaduras solares leves.
Cómo utilizar el agua termal
El formato más frecuente del agua termal es el spray o aerosol, lo que facilita su aplicación en el rostro y el cuerpo. A continuación, te mostramos algunos usos prácticos:
- Como tónico: Después de limpiar el rostro, pulveriza agua termal y deja que se absorba antes de aplicar tu crema hidratante.
- Para fijar el maquillaje: Rocía suavemente sobre el maquillaje a una distancia de unos 30 cm para sellarlo y darle un acabado más natural.
- Post-sol: Úsala después de la exposición solar para calmar y refrescar la piel.
- Tras la depilación o el afeitado: Alivia la irritación y reduce el enrojecimiento.
- Durante el día: Aplícala para refrescarte y mantener la hidratación en cualquier momento.
Diferencias entre agua termal y otros productos similares
A menudo, el agua termal es confundida con productos como el agua micelar o las brumas faciales. Sin embargo, existen diferencias significativas entre ellos:
- Agua micelar: Se utiliza principalmente para limpiar y desmaquillar la piel. Contiene micelas que capturan la suciedad, mientras que el agua termal no tiene propiedades limpiadoras.
- Brumas faciales: Aunque pueden compartir algunos beneficios, suelen incluir ingredientes adicionales como extractos de plantas o vitaminas que proporcionan efectos específicos más allá de los del agua termal.
¿Qué marcas de agua termal elegir?
En el mercado, existen múltiples marcas reconocidas por la calidad de sus aguas termales. Algunas de las más destacadas son:
- Avène: Ideal para pieles sensibles gracias a sus propiedades calmantes.
- La Roche-Posay: Con un alto poder antioxidante y recomendada para pieles reactivas.
- Uriage: Rica en minerales que fortalecen la barrera cutánea.
Incorporar el agua termal a tu rutina diaria puede transformar la salud y el aspecto de tu piel, mejorando su hidratación, luminosidad y confort. Ya sea utilizada en tu hogar o durante tus escapadas, este producto versátil es un imprescindible en cualquier neceser de belleza.