Rascarse está motivado muchas veces por una necesidad física de aliviar una picazón. Cuando nos pica algo, inconscientemente y como si de un reflejo se tratara nos rascamos. Y entonces el picor se transforma en placer. Pero, ¿por qué ocurre?, ¿por qué rascarse produce placer?
La piel está repleta de una serie de terminaciones nerviosas que transmiten información sobre la presencia de estímulos potencialmente perjudiciales. Son ellos los que dan la voz de alarma y nos incitan a rascarnos, aunque esta no siempre sea la mejor decisión. Pero, ¿hay otra alternativa? ¿Cómo resistirse?
Muchos estudios han comparado el placer resultante de rascarse con aquel que desencadena en las personas que sufren adicciones, ver satisfechas estas. Y en cierta forma podemos entenderlo. Porque todos sabemos que cuando uno se rasca, ese placer devuelto no hace sino provocar mas ganas de rascarse.
¿Por qué rascarse produce placer?
Una picadura de mosquito puede provocar picazón en la piel, pero también puede hacerlo la falta de hidratación, la psoriasis u otras enfermedades de la piel, el hipertiroidismo o la esclerosis múltiple, entre otras muchas causas.
Independientemente de la causa, la picazón es en todos los casos la forma que tiene la piel de avisar al cerebro de que algo no está bien. Y es que la piel está cubierta de una serie de terminaciones nerviosas, llamadas nociceptores, que recogen información del área circundante y actúan como un sistema de alarma avisando de posibles peligros.
Cuando sentimos la necesidad de rascarnos es porque estos receptores han enviado una señal al cerebro. Y cuando lo hacemos, cuando clavamos las uñas en la piel, de forma inconsciente dañamos temporalmente estos receptores provocando que el cerebro envíe químicos como la serotonina o la histamina a ese área del cuerpo produciéndonos alivio y placer.
El alivio, sin embargo, es puntual por lo que nos sentimos obligados a rascarnos de nuevo promoviendo un ciclo que no tiene final. Y rascarse, mas aun si es de forma continuada, puede acarrearnos algunos problemas como te contamos a continuación.
¿Por que debemos evitar rascarnos?
Si bien el hecho de rascarse ayuda a dilatar los vasos capilares y nos produce sensación de alivio e incluso placer, no siempre resulta beneficioso hacerlo. Y es que cuando uno comienza a rascarse resulta difícil detener ese bucle sin fin que se pone en marcha.
Cuanto mas nos rascamos mas histamina se libera, provocando que se envíen mas señales al cerebro que nos invitan a seguir rascándonos. Es la pescadilla que se muerde la cola. Y puede llegar a tener efectos adversos como los siguientes:
- Puede extender el prurito haciendo que la zona afectada resulte mayor a la que inicialmente estaba siendo atacada.
- Puede ocasionar infecciones en la piel. El contacto de las uñas con un área irritada causada por una picadura o una alergia, puede llegar a empeorar el cuadro. Y es que bajo las uñas podemos albergar suciedad y por tanto gérmenes que terminarán a través del rascado empeorando el cuadro inicial.
- En caso de rascarse con demasiadas ganas y de forma brusca podemos causarnos lesiones superficiales en la piel y aumentar el riesgo de infección e incluso hacernos sangrar.
Por estos y otros motivos es importante no rascarse o dicho de otra forma controlar nuestros reflejos. Y por supuesto, buscar otras alternativas para aliviar la molestia ya que si no las encontramos volveremos a recurrir al rascado. ¿Y cuáles puedan ser esas alternativas?
Existen muchas alternativas que pueden proporcionarnos alivio a los picores y esa es la buena noticia. La no tan buena es que es importante conocer la causa de la picazón para escoger la adecuada y que resulte efectiva. O dicho de otra forma, que funcione.
Y en muchas ocasiones en las que el picor se cronifica será imprescindible, por supuesto, el diagnóstico de un especialista. Porque como decíamos al principio esta picazón puede ser causada por problemas de salud graves en los que es necesario indagar.