
¡Cómo nos encanta preparar platos con pollo guisado! Este tipo de recetas son perfectas no solo por su sabor, sino también por su versatilidad en la cocina. Hoy queremos compartir contigo una receta deliciosa y reconfortante: Pollo guisado con salsa de tomate al vino blanco. Su preparación es rápida y sencilla, con un tiempo estimado de tan solo 35 minutos, lo que lo convierte en una opción ideal para cualquier día de la semana.
Este plato no solo es delicioso, sino que también es muy práctico, ya que puedes prepararlo con antelación y disfrutarlo al día siguiente, cuando los sabores se han mezclado aún más intensamente. ¡Es una opción ganadora para comidas familiares o cenas rápidas!
Razones para probar esta receta
El pollo guisado con salsa de tomate al vino blanco combina ingredientes básicos que probablemente ya tienes en tu despensa. Es un plato económico, fácil de personalizar según tus gustos y adaptable a diversos acompañamientos. Además, el uso del vino blanco en la preparación aporta un toque sofisticado que equilibra la acidez del tomate, creando una salsa rica y aromática.
Ingredientes necesarios
Para preparar este plato necesitarás los siguientes ingredientes, pensados para cuatro raciones:
- 1 pollo troceado.
- 1/2 cucharadita de ajo en polvo.
- Orégano seco.
- Sal y pimienta negra al gusto.
- 3 cucharadas de aceite de oliva.
- 1 cebolla roja, picada finamente.
- 1 pimiento verde, picado.
- 1 cucharada de azúcar (opcional).
- 1/2 vaso de vino blanco.
- 1 limón, cortado por la mitad.
- 1 guindilla de cayena, picada (opcional).
- 2 cucharadas de pasta de tomate concentrado.
- Agua, suficiente para cubrir 2/3 del pollo.
Paso a paso para preparar el pollo guisado
Te explicamos cómo lograr este plato en pocos pasos. Sigue las indicaciones para disfrutar de un plato con un sabor espectacular:
- Preparación inicial del pollo: Condimenta los trozos de pollo con ajo en polvo, orégano, sal y pimienta negra. Deja reposar en la nevera durante al menos 30 minutos para que los sabores se integren.
- Sofrito de verduras: En una cazuela, calienta el aceite de oliva a fuego medio. Añade la cebolla y el pimiento verde, y sofríe durante aproximadamente 12 minutos, removiendo ocasionalmente.
- Incorporación del azúcar y caramelización: Añade la cucharada de azúcar al sofrito, si deseas matizar la acidez del tomate, y cocina durante otros 5 minutos a fuego suave.
- Dorar el pollo: Incorpora los trozos de pollo a la cazuela y sofríe a fuego medio-alto hasta que estén dorados por todos lados. Este paso es crucial para sellar los jugos y potenciar el sabor de la carne.
- Deglasear con vino blanco: Vierte el medio vaso de vino blanco y cocina durante unos 2-3 minutos, permitiendo que el alcohol se evapore completamente.
- Agregar los líquidos y condimentos: Exprime las mitades de limón sobre la cazuela, añade la guindilla picada (opcional), el tomate concentrado y suficiente agua para cubrir 2/3 del pollo. Remueve para mezclar bien los ingredientes.
- Cocción lenta: Reduce el fuego, tapa la cazuela y cocina a fuego medio-bajo durante unos 25-30 minutos o hasta que el pollo esté tierno y la salsa haya espesado ligeramente.
- Ajustar condimentos y servir: Prueba la salsa y ajusta la sal si es necesario. Sirve el pollo caliente con la guarnición de tu elección.
¿Qué acompañamiento elegir?
Este plato es increíblemente versátil y se puede convertir en un plato único dependiendo de lo que elijas como guarnición. Algunas opciones destacadas incluyen:
- Arroz blanco: Un clásico que absorbe perfectamente la deliciosa salsa.
- Cuscús: Ideal si buscas una alternativa rápida y ligera.
- Verduras al vapor o asadas: Zanahorias, brócoli o calabacines son opciones saludables y coloridas.
- Puré de patatas: Su textura cremosa lo convierte en el complemento perfecto para este guiso.
- Aguacate en dados: Para un enfoque fresco y moderno.
Consejos adicionales para un pollo guisado perfecto
Si deseas llevar este plato al siguiente nivel, toma nota de estos consejos infalibles:
- Opta por un pollo de corral, ya que su carne suele tener más sabor y mejor textura.
- Usa un buen vino blanco seco; recuerda que el sabor del vino influirá en el resultado final del plato.
- No tengas prisa. Cocinar a fuego lento permite que la carne se ablande y que los sabores se integren de manera óptima.
- Si quieres una salsa más suave, puedes colarla o triturarla antes de servir.
Este pollo guisado con salsa de tomate al vino blanco es un ejemplo perfecto de cómo los ingredientes simples pueden transformarse en un plato irresistible. Su salsa rica y aromática, combinada con la carne tierna del pollo, hará que este platillo se convierta en un favorito en tu repertorio culinario. ¡No olvides servirlo con una buena cantidad de pan para disfrutar de cada gota de esta deliciosa salsa!