Los pastelitos de limón son aptos para principiantes; solo es necesario batir y mezclar para lograr un estupendo resultado. No es necesario utilizar el horno; basta con tener los pasteles toda la noche en la nevera para que la gelatina actúe y queden firmes para cortarlos en cuadraditos.
Los pastelitos de limón tienen un sabor cítrico muy refrescante gracias al relleno de mousse de limón. Éste se presenta sobre una base clásica hecha con galletas trituradas y mantequilla. El postre lleva entre sus ingredientes queso crema y leche condensada, por lo que no podemos decir que es ligero. Lo que si os podemos asegurar es que no resulta nada pesado ¡todo lo contrario!
Tiempo de elaboración: 40 min + una noche de reposo
Dificultad: Fácil
Raciones: 9-12
Ingredientes
Para la Base
- 140g. de galletas Digestive
- 60g. de mantequilla derretida
Para el relleno
- Zumo de dos limones
- Ralladura de un limón
- 250g. de queso crema
- 300g. de leche condensada
- 5 hojas de gelatina neutra
- 2 claras
- 30 g. de azúcar
Paso a paso
- Tritura las galletas con la mantequilla.
- Forra con film de plástico un molde cuadrado (24×24) y vierte en el la mezcla anterior. Aplástala y compáctala de forma que quede bien repartida y nivelada.
- Lleva a la nevera mientras hidratas la gelatina y preparas el relleno.
- Hidrata las hojas de gelatina en un bol con agua fría, siguiendo las instrucciones del fabricante.
- En un cazo mezcla el zumo de limón con la ralladura, el queso crema y la leche condensada. Mezcla bien y calienta ligeramente la mezcla.
- Escurre la gelatina y disuélvela en el cazo, fuera del fuego.
- En el bol de una batidora pon las claras de huevo y bate a velocidad máxima. Cuando las claras blanqueen, incorpora poco a poco el azúcar y sigue batiendo hasta que el merengue esté mas o menos duro.
- Vierte la mezcla que tienes preparada en el cazo, ya fría, sobre el merengue y mezcla con una espátula y movimientos envolventes hasta lograr una mezcla homogénea.
- Saca la base de galleta de la nevera y vierte la mousse sobre ella. Golpea el molde suavemente sobre la encimera para que se alise la superficie y mete el molde de nuevo en la nevera, toda una noche.
- Al día siguiente, desmolda con cuidado y corta en porciones.