El pastel turco de yogur, popularizado por el reconocido chef Gordon Ramsay en su libro “El mundo en mi cocina”, es una joya de la repostería internacional. Se trata de un postre que destaca por su textura ligera y suave, muy similar a la de una tarta de queso, pero con un toque único y distintivo que solo el yogur puede ofrecer. Aunque no es excesivamente dulce, su delicadeza y cremosidad lo convierten en una experiencia absolutamente irresistible en cada bocado.
Una de las razones por las que este pastel es tan especial es su versatilidad. Ramsay lo acompaña tradicionalmente con un sencillo almíbar de cítricos, que realza sutilmente sus sabores. Sin embargo, se puede servir con confituras de frutas como arándanos o moras, o incluso disfrutarlo solo, dejando que su sabor puro brille. En cualquier caso, es perfecto para quienes aprecian los sabores delicados y refinados.
¿Qué hace diferente al pastel turco de yogur?
El pastel turco de yogur tiene la capacidad de conquistar a quienes buscan un postre ligero sin renunciar al placer del sabor. Es especialmente popular porque no utiliza ingredientes excesivamente ricos como el queso crema, sino que emplea yogur natural, que aporta frescura sin añadir pesadez. Este detalle lo hace una excelente opción para quienes buscan una alternativa más saludable a los clásicos pasteles de queso.
Además, es muy flexible en cuanto a acompañamientos. Durante el otoño, puedes servirlo con frutas de temporada como caquis o higos. En primavera y verano, frutas frescas como fresas, melocotones o frutas tropicales son opciones ideales. También puedes añadir un toque de frutos secos para un contraste crujiente o, si buscas algo más indulgente, colocarlo junto a una salsa de chocolate.
Ingredientes necesarios para este delicioso pastel
- 4 huevos L a temperatura ambiente
- 100 g de azúcar
- 45 g de harina de repostería
- 3/4 cdta. de levadura química
- 400 g de yogur natural sin azúcar
- El zumo de un limón
Estos ingredientes son básicos y accesibles, lo que convierte a esta receta en una excelente opción para preparar un postre especial sin complicaciones. Además, puedes optar por yogures 0% de materia grasa y sustituir el azúcar por edulcorantes para una versión más ligera.
Cómo preparar el pastel turco de yogur
- Separa las yemas de las claras.
- Bate las yemas con el azúcar hasta obtener una mezcla homogénea y reserva las claras.
- Añade el yogur a las yemas batidas y mezcla hasta integrarlo por completo. Luego, incorpora el zumo de limón.
- Agrega la harina tamizada junto con la levadura y mezcla bien. Reserva esta preparación.
- Monta las claras a punto de nieve. Añade una gota de zumo de limón para que se mantengan firmes.
- Forra un molde desmontable de 20 cm con papel de hornear.
- Mezcla las claras con la preparación de las yemas utilizando movimientos envolventes para mantener la aireación.
- Vierte la mezcla en el molde y alisa la superficie con una espátula.
- Hornea a 160ºC durante 35 minutos con calor arriba y abajo. Una vez cuajado, apaga el horno y deja que se enfríe dentro con la puerta entreabierta.
- Cuando esté completamente frío, desmolda el pastel y sírvelo.
Para un toque especial, puedes preparar un almíbar simple con azúcar, agua y ralladura de limón. Hervirlo a fuego medio hasta que reduzca su volumen y adquiera una textura más densa. Sirve este almíbar en una jarrita para que cada comensal lo añada a su gusto.
El pastel turco de yogur no solo es una receta sencilla, sino también una oportunidad de explorar la versatilidad del yogur en la repostería. Además de ser fácil de preparar, será el postre favorito de muchos gracias a su ligereza, frescura y cremosidad. Si todavía no lo has probado, es el momento perfecto para disfrutarlo.